Amperizate con esta street tracker eléctrica de Shanghai Customs, 5.000 W y 250 kms de autonomía
La electricidad es el futuro y la gente de Shanghai Customs lo sabe. Con una población de 24 millones habitantes y unas restrictivas normas en lo que a importación de vehículos se refiere, podríamos pensar que no es la mejor ciudad para montar un taller de personalizaciones. Pero Kiwi Matthew Waddick y su equipo han encontrado en la electricidad la forma de expresar sus diseños.
Ellos siguen realizando proyectos sobre motos de gasolina, aunque es una cantidad mínima si lo comparamos con su objetivo principal: las motos eléctricas. Y no se les da nada mal si echamos un vistazo a esta street tracker repleta de amperios.
Velocidad, autonomía y diseño son la clave
“El mercado de las motos eléctricas en China está en alza”, explica Matthew a nuestros compañeros de Bikeexif. Y según él, está impulsado por el alto precio de matriculación que existe en las grandes ciudades. Las motos eléctricas, no necesitan matrícula y ni una licencia para poder conducirlas, lo que las convierte en atractivas.
Su silueta es muy similar a la de una Yamaha SR y esto no es casualidad, Matthew tenía esta idea en mente cuando la diseñó y quería que fuese la moto perfecta para poder zigzaguear por el denso tráfico de las ciudades chinas.
Ahora es cuando hablaríamos de su clásico motor funcionando por carburación, pero no, en su lugar nos encontramos un motor en el cubo de la rueda de 5.000 vatios de potencia y una batería de litio de 72 voltios y 80 amperios que son capaces de impulsar la moto hasta los 140 km/h y darle una autonomía de 250 kilómetros. Todo esto está gestionado por un variador eléctrico de 400 amperios.
Lo primero que se fabricó en Shanghai Customs fue el chasis. Matthew lo diseñó y lo llevó a una fábrica en Chongqing. Mientras tanto, otro fabricante modificó un basculante retro para poder utilizar el motor eléctrico y que la potencia se transmitiese a una rueda de 18 pulgadas.
Las baterías, que son importadas, son el componente más pesado de todo el proyecto. Son las mismas que se utilizan en los coches híbridos y pesan alrededor de 55 kg. Cuando las tuvieron en su poder se enviaron a una factoría en Shenzhen junto con el chasis para unirlas.
Una caja de acero inoxidable personalizada contiene los elementos auxiliares de esta moto eléctrica, como el sistema de gestión de baterías. El controlador en sí, está construido por Kelly y es programable a través de una aplicación de Android que a su vez proporciona todo tipo de información relacionada con el funcionamiento.
Cuando ya estaba todo listo, se “vistió” para que todo quedará bonito. Se fabricaron paneles laterales de chapa metálica perforada que refrigerase el conjunto de baterías y le diese un estilo más curvo al diseño del chasis general y que no pareciese tan puramente tecnológica. La parte del depósito de combustible también es de chapa, pero obviamente no contiene gasolina, solo sirve para cubrir la parte superior de la batería.
El resto de componentes son un batiburrillo de piezas de distintos fabricantes. Las horquillas invertidas, los amortiguadores traseros, las palancas, la luz trasera de LED o los discos de freno, son prototipos suministrados para probarlos y ver si sirven para otras bicicletas eléctricas o de gasolina en un futuro.
El conjunto general no tiene nada que envidiar a cualquier otra street tracker de gasolina, y lo mejor de todo es que este modelo que tenéis delante es el que se comercializará si cumple con todas las normativas de seguridad y los estándares europeos. Ahora solo faltará saber el precio final de esta moto eléctrica, que seguro que muchos de vosotros ya estáis metiendo en vuestra lista de futuribles.