Un año menos y una temporada que quedará en la historia para siempre. Hemos vivido casi todo lo que un buen aficionado de las motos ha estado soñando desde tiempos inmemoriales, hemos disfrutado como críos viendo a los mejores pilotos del mundo cada fin de semana y observado con atención cómo unos chicos han empezado a poner las primeras piedras de una carrera deportiva de la que aún no imaginamos sus metas. Ha sido sido un año 2010 capaz de emocionar al más frío, para bien y para mal.
Y como yo precisamente no soy una persona fría a la que los acontecimientos no le hagan reflexionar o pensar jamás podré evitar recordar este año sin que me venga a la cabeza la imagen de un chico sonriente llamado Shoya Tomizawa. No voy a mentir, no seguía su trayectoria y apenas sabía nada de el hasta que el destino quiso hacer un paréntesis en la cabeza de todos para bajarnos un momento de las nubes y la euforia. Hasta aquel momento la parte más personal de nuestro amado deporte estaba pasando desapercibida fijándonos solamente en los números, en los resultados y en las derrapadas de cada carrera. Todo cambió, y ahora quizá valoremos mucho más a cada uno de los profesionales que llenan la parrilla. Por que desde el primero al último han dedicado su vida a nuestra afición y quizá debamos pensar las cosas dos o tres veces antes de criticar tan duramente a uno de ellos pues detrás de la imagen de la televisión hay siempre una persona y una familia. Esta es la principal razón para dar las gracias a todos los que se meten dentro de un mono de cuero en cada carrera.
Dicho esto puedo retomar la temporada tranquilo y recordar lo bueno. Por que creo sinceramente que no he sido la única persona que se ha alegrado al ver cómo muchos de los pilotos que no tuvieron la oportunidad o que no supieron aprovecharla han aprendido de sus errores para, ya en su madurez, volver a sentirse un niño. Seguro que ya sabéis a quienes me refiero. El primero de ellos en la línea temporal del año es Carlos Checa que comenzó dando un aviso en Australia y ha terminado como el mejor piloto de Ducati en Superbikes. Con 38 años - que se dice pronto - El Toro no ha abandonado en ningún momento y ha conseguido volver a sentir la victoria sin la presión y estrés que podría provocar trabajar por un equipo oficial en un campeonato. Enhorabuena y gracias a ti también Carlos.
El segundo, aunque no en la clasificación, es Max Biaggi. El eterno rival de Valentino Rossi hace ya tres años que tomó una de las decisiones más duras y relevantes de su vida - abandonar MotoGP para comenzar prácticamente de cero en otro campeonato no es algo que todos estén dispuestos a hacer -. Este hombre debe ser una de las personas más felices sobre la faz de la Tierra. Y es que, como su vitrina, su familia ha aumentado hace pocos días dando la bienvenida a Leon Alexandre. Max es un ejemplo más de cómo la pasión y perseverancia es la única fuente de la juventud.
Y dejando a un lado ya a los pilotos me quiero centrar en Ducati para darles una palmadita en la espalda por un lado y un buen tirón de orejas por otro. En Borgo Panigale han sabido, una vez más, adelantarse a su tiempo y demostrar que en cuanto a atrevimiento e innovación aún están un pasito por delante de los gigantes japoneses. Si la aparición de la Ducati 916 supuso un revulsivo brutal para el mercado de las dos ruedas en 1994 ahora es la Multistrada 1200 la que vuelve a marcar el camino a toda una industria. La lógica, el rendimiento y la polivalencia se imponen y unen en forma de máquina.
Ahora bien, el atrevimiento no debe nunca convertirse en arrogancia. Si Ducati ha tenido un papel tan determinante en Superbikes durante tantos años ha sido en buena medida por ser prácticamente la única fábrica europea con posibilidades reales en un campeonato que se corre casi al completo en el viejo continente. En este tiempo la organización ha agachado la cabeza y ha asentido cada vez que han pedido retocar el reglamento para poder ser competitivos. Sin embargo, desde el año pasado tanto Aprilia como BMW se han convertido en una alternativa real que no se queja tanto y pone todo su empeño en la pista en vez de hacerlo en los despachos. Así, Flamini se ha podido permitir el lujo y ahora espera tranquilo la vuelta ducatista con los cilindros entre las piernas.
Y aprovechando el tema SBK os dejo las últimas vueltas de lo que ha sido, en mi opinión, uno de los mejores finales de carreras de este año. Ocurrió en Imola con Kenan Sofuoglu y Eugene Laverty como protagonista jugándose el título en la última vuelta e incluso, en la última curva. Los impacientes podéis saltar directamente al minuto 3.30 del vídeo.
Por último tengo que hacer mención a mi repentina llegada a este blog. Ver los toros desde la barrera, o mejor dicho, las carreras desde el box es una experiencia increíble. Gracias a mis compañeros por todas las horas de entretenimiento y debate que me regalan en este blog y a todos vosotros por seguir ahí día tras día, siempre atentos y dispuestos a todo.
Foto vía | WSBK, Althea Racing, Ducati Youtube | SSP Imola 2010, Despedida a Shoya Tomizawa