Como ya se venía anunciando, Yamaha no está pasando por su mejor momento dentro del Campeonato Mundial de MotoGP, más bien todo lo contrario. Ayer, durante la carrera del Gran Premio de Aragón a lo más que pudieron aspirar sus pilotos fue a un octavo y décimo puesto, su peor resultado del año quedando a 15,199 y 22,457 segundos del primer clasificado.
Dicho de otra forma, un drama para la marca nipona que en apenas dos temporadas ha pasado de luchar por títulos y victorias a pelear por acabar en el top 10 y por no ser la última marca clasificada. Esto último lo consiguieron ayer, pero solo por delante de la recién llegada KTM.
Yamaha certifica su peor sequía de victorias con el peor resultado de la temporada
Hasta el día de ayer Yamaha se había visto en otras peores, ya no. Si nos remontamos a 1996 podemos ver como Loris Capirossi ganó la última carrera de la temporada disputada en Australia, esto sería el comienzo de la hasta ayer mayor sequía en Yamaha. No recuperarían el aliento con una victoria hasta 22 carreras más tarde en la octava prueba de la temporada 1998 de la mano de Simon Crafar.
Sin embargo, desde el TT de Assen en 2017 que ganó Rossi ya se acumulan un total de 23 carreras sin ganar y se certifica la peor sequía de victorias de la historia de Yamaha. Además, el gran problema para la marca de los diapasones es que no parece que esta temporada vayan a cambiar las cosas. Una serie de catastróficas desdichas han desembocado en esta crisis y provocado la desilusión y apatía de dos pilotos de la talla de Valentino Rossi y Maverick Viñales.
En Misano Rossi apuntó que el motor de cuatro cilindros en línea era una gran traba pues no tenía el rendimiento que el de la Ducati y la Honda que se disponen en uve. Un suspenso en el desarrollo del propulsor al que se le une una electrónica que no parece estar hecha a medida para la M1. Todo esto ha desembocado en la peor crisis de la historia de Yamaha en MotoGP.
Tras finalizar la carrera del GP de Aragón, Valentino Rossi pedía a la desesperada un cambio dentro del box como el que puso fin a una mala racha en la marca nipona y que se solucionó con el fichaje del campeón del mundo (el propio Rossi) y profundos cambios en la configuración de la montura. El italiano ha declarado que: "Fue un trabajo doble: cogieron al piloto más rápido de entonces pero también llevaron a cabo cambios profundos".
Sin embargo Rossi no cree que esta vez deban cambiar los pilotos pues tanto Viñales como él son rápidos. Sin embargo, es necesario trabajar sobre la M1 que pasa por sus días más oscuros. Según el italiano no se ha avanzado realmente sobre la Yamaha desde los test de Aragón en 2015 donde se cambiaron tanto el chasis como el basculante.
A propósito de la gran crisis que sufre la marca de los diapasones Rossi finalmente apuntó: “Solo espero que alguna de las personas importantes de Yamaha vea ese número y pregunte qué pasa”.
Unas deficiencias de la Yamaha que están afectando a los pilotos, mientras que Valentino Rossi declaraba que sería un milagro que durante lo que resta de 2018 Yamaha ganara una carrera, su compañero confesaba que: "Ahora llega la gira asiática y solo espero que pase rápido. Motivación cero, expectativas cero".