Marc Márquez, la hormiga incansable que está a un paso de convertirse en octópodo
Hasta decir que se acaban las palabras para definir a Marc Márquez es ya un tópico. El piloto de Cervera consiguió otra victoria sin contestación que no hace más abofetear un poco más la cara de sus ya doloridos rivales. El Márquez de 2019 no tiene piedad ni hace prisioneros, si puede arrasar lo hace, y si no llega con opciones a la última vuelta.
Incluso por delante del inicio fulgurante de 2014, la actual temporada de Márquez va camino de convertirse en la mejor de la carrera de esta leyenda, y, por qué no, también en la mejor de la historia de MotoGP. Salvo catástrofe, la hormiga Márquez, así es como le apodan, sumará dentro de quince días en Buriram su octavo título de campeón del mundo.
Casi el 50% de las victorias de Márquez en MotoGP son en circuitos de izquierdas
En Aragón no quiso marear la perdiz. Desde el primer entrenamiento libre ya dejó claro que iba a ganar la carrera. Fue el más rápido con 1,6 segundos de ventaja sobre el siguiente. Simplemente demencial. Márquez probaba el ritmo de carrera y cada vuelta era más rápida que la mejor vuelta del segundo clasificación. No había nada que hacer.
Su autoridad es tal que ni siquiera nadie lo intentó. Ningún piloto quiso ser el héroe, el Valentino Rossi de Casey Stoner aquella noche en Laguna Seca. A nadie se le pasó por la cabeza desafiar al campeón, que se permitió el lujo de ganar sin apretar demasiado. Si hubiese querido, se habría escapado con más de diez segundos de ventaja, pero, compasivo, dejó la cosa en cinco.
Lo de Márquez en los circuitos de izquierdas es digno de estudio. El español acumula 52 victorias desde que debutó en MotoGP, pues bien, 25 han sido en trazados que tienen más curvas a izquierdas que a derechas. Podría parecer normal, incluso menos de un 50%, pero es que solo hay cinco circuitos así en todo el campeonato, seis cuando se corría en Indianápolis.
Ahora llega Tailandia y todo apunta a que el título no pasará de allí. A Márquez le basta con ganar, cosa que ya hizo el año pasado, y aunque no lo consiga también le bastaría con sumar dos puntos más que Andrea Dovizioso. Es decir, quedando delante de él y dentro de los cuarto primeros, Márquez ya sería campeón.
Y las cuentas son un poco más complicadas para Márquez porque Andrea Dovizioso sacó en Alcañiz al gran campeón que lleva dentro para alcanzar una segunda posición que parecía fuera del alcance de las Ducati. Tiene muy mala suerte Dovizioso de haber estado en el lugar incorrecto y en el momento inoportuno, porque la divinidad de Márquez está eclipsando a un piloto de los grandes.
🐜 @marcmarquez93 el "Polem-ant" 😂
— DAZN España (@DAZN_ES) September 21, 2019
Pedimos perdón por el chiste por adelantado 🙄 #AragonGP 🇪🇸 #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/4HhZl7lEjF
Por cierto, Ducati debería empezar a replantearse si no sería mejor hacer un cambio de cromos con el Pramac. Danilo Petrucci sigue sin comparecer a las carreras después del verano mientras que Jack Miller consiguió su tercer podio de la temporada en MotorLand. Ya lleva los mismos que un Petrucci cuyo desplome va camino de ser el expediente X de la temporada.
Pero sin duda el trago más amargo del Gran Premio ha sido la lesión de Pol Espargaró en el peor momento posible. El español tenía domada por completo la KTM y ahora estaba empezando a disfrutar sobre ella. Su lesión pone en un compromiso a su marca, ya que si no se recupera para Buriram a KTM le quedarán dos opciones: traer de vuelta a Johann Zarco o volver a suplicar a Dani Pedrosa.
Aunque no todo son penas en casa de los Espargaró. Como es costumbre ya, Aleix volvió a conseguir el mejor resultado del año en Aragón. El idilio del mayor de los Espargaró con MotorLand no oculta que Aprilia sigue sufriendo mucho, pese a que aquí metieron a las dos motos de los titulares en la Q2. Por cierto, Aleix Espargaró ha conseguido su mejor resultado del año en Alcañiz por quinta vez en las últimas seis temporadas.
En cuanto a Yamaha, pequeño frenazo a la ola de optimismo. Solo Maverick Viñales pudo luchar de manera solvente por el podio, y terminó perdiéndolo en las dos últimas vueltas con las Ducati. Mención negativa de nuevo para un Valentino Rossi al que el agarre le traicionó en Aragón. Fue octavo y ni siquiera estuvo cerca de las otras dos Yamaha en pista, ya que a Franco Morbidelli lo tiraron.
Precisamente quien lo tiró fue Álex Rins, que estuvo caballeroso después de la carrera disculpándose muy afectado con el italiano. Las prisas no fueron buenas consejeras de Rins, que seguramente tenía ritmo para estar en el podio pero lo arruinó en la primera vuelta. Aún así, recupera la tercera posición de la general ante la decadencia de Petrucci.