Ducati, Yamaha y Honda tienen un problema, y se llama Jorge Lorenzo
La temporada 2019 en el Campeonato del Mundo de MotoGP se presenta terriblemente emocionante. El fichaje de Jorge Lorenzo por Honda como compañero de equipo de Marc Márquez nos ha descolocado a todos, pero abre una ventana por la que podría entrar un auténtico vendaval.
Lorenzo sacó el martillo de paseo en el Gran Premio de Italia demostrando que sigue siendo un piloto ganador. Las garras que mostró el 99 en Mugello han asustado a algunos en el paddock, y hay motivos. Ducati es quien más debe temer a Jorge a partir de ahora, pero también Yamaha y la propia Honda.
Ducati debe temer a Jorge Lorenzo
Durante la temporada 2017 y lo que llevamos de 2018 sólo ha habido una moto capaz de reñirse con la Honda de Marc Márquez: la Ducati Desmosedici. La moto con el dorsal 04 (después de casi seis años) ha sido hasta ahora la única alternativa, pero ahora parece que Jorge Lorenzo tras su contundente victoria en Mugello podría postularse como un candidato al título si empieza a pilotar como ha demostrado que sigue sabiendo.
Los cambios introducidos en la moto de Lorenzo le han permitido rendir a su nivel habitual como ya analizamos, pero la victoria en Italia tuvo un sabor doblemente dulce. El primero porque consiguió ganar con la Desmosedici; el segundo porque ya sabía que a partir de ahora no iba a tener que rendir cuentas a Claudio Domenicalli (CEO de Ducati), el valedor de la no renovación de Lorenzo en contra de Gigi dall'Igna, Davide Tardozzi y Paolo Ciabatti.
"Ahora es demasiado tarde" dijo Lorenzo después de su primera victoria en más de un año y 6 meses. Ese demasiado tarde es el comienzo de una relación dura en la que Lorenzo ahora va a salir cada carrera a ganar sin importar por encima de quién pase, por muy Dovizioso que sea, por muy "suggested mapping 8" que aparezca en su cuadro de mandos.
Ducati se ha ganado el peor enemigo que podría tener: el de un Jorge Lorenzo al que ahora han dado todas las armas para encaminarlo de nuevo a la victoria y quién sabe si optar al título. Si Lorenzo consigue mantener el rendimiento de Mugello y no es flor de un día (que a tenor de las últimas carreras parece que no) es posible que en Ducati empiecen a echar de menos a Jorge antes incluso de que se haya marchado de Ducati.
La puerta cerrada de Yamaha
Si hoy por hoy hay una marca que está viendo peligrar su hegemonía en MotoGP esa es Yamaha. La firma de Iwata ha vivido una época dorada en la que Valentino Rossi primero y Jorge Lorenzo después consiguieron hacer de la M1 la única moto capaz de batir a las todopoderosas Honda.
La precipitada más que temprana renovación de Maverick Viñales y Valentino Rossi fue un movimiento político más que deportivo por parte de Yamaha. A su estructura oficial cerrada a cal y canto hasta 2020 hay que sumar la falta de mano izquierda de Lin Jarvis, dejando que el Monster Yamaha Tech3 rompiera una larga y prolífica relación para irse con KTM.
Ante la posibilidad de repescar a Jorge Lorenzo en un momento crucial para ellos, con el desarrollo de la M1 a la deriva y sin saber bien cómo reencauzarlo, Yamaha se enfrenta ante la insólita situación de quedarse sin un segundo equipo que pudiera ayudar a buscar soluciones a su pobre rendimiento.
Jorge Lorenzo volviendo a Yamaha dentro de una escuadra paralela iluminó los ojos de Jarvis, pero la promesa de que sería sobre una moto no oficial decantó la balanza de Lorenzo en favor de Honda y la ruptura también con Johann Zarco. Un cambio de última hora que ha dejado plantados a los directivos de Iwata y al segundo equipo de Yamaha tocado y hundido antes de haber sido botado siquiera.
Petronas y el circuito de Sepang estaban dispuestos a apoyar el segundo equipo de Yamaha, así como Monster. El abandono de Lorenzo rompe los puentes tendidos sobre una estructura que hoy por hoy es un misterio. El Marc VDS está más fuera de MotoGP que dentro debido a su crisis interna y la otra opción es el equipo de Jorge Martínez 'Aspar', pero de momento nadie de Yamaha se ha puesto en contacto con ellos.
Y la puerta abierta de Honda
Honda ha hecho uno de los fichajes más arriesgados e imprevistos de cuantos hemos visto en los últimos años. Cuando todos creíamos que Jorge Lorenzo se vería desterrado a pilotar una hipotética Yamaha YZR-M1 satélite en un equipo privado consiguió cerrar in extremis un contrato con HRC.
Este movimiento desplazó a Dani Pedrosa. Más o menos estaba claro que la salida de Pedrosa sería cuestión de tiempo viendo su falta de resultados, pero en cualquier caso el dorsal 26 ha sido el único piloto fiel a la firma del ala dorada durante 18 años y que, además, lleva ganando carreras absolutamente todas y cada una de las 11 temporadas que ha corrido en MotoGP hasta ahora.
Su presencia a la sombra de sus compañeros y de especialmente Marc Márquez no es casual. Honda actualmente tiene un equipo ideal con un piloto ganador nato como Márquez y un escudero que si bien no supondrá un problema en la lucha por el título garantizaba hasta ahora buenos resultados de manera regular.
Para las marcas, especialmente para las marcas japonesas, el campeonato de constructores es tan importante como el de pilotos. Que Pedrosa sumase el máximo de puntos posible mientras Márquez ganaba carreras era, a nivel interno, el mejor equipo posible. Ahora con dos gallos en el mismo corral la situación puede cambiar y si Lorenzo fuerza a Márquez se puede crear una inestabilidad que se vuelva en contra de Honda, especialmente si cada uno de los pilotos tira en direcciones opuestas del desarrollo de la moto.
El reto del propio Jorge Lorenzo
Este cambio de marca será posiblemente también el mayor reto al que se tendrá que enfrentar el propio Jorge Lorenzo. El piloto balear sabe de primera mano lo complicado que es salirse de una moto digamos convencional que lo hacía bien todo como la Yamaha a pasarse a un concepto radicalmente distinto como el de la Ducati.
Lorenzo ha tardado temporada y media en alcanzar la victoria con la Desmosedici. Ahora en su horizonte tiene la dificultad añadida de volver a cambiar de planteamiento y subirse a una moto compleja, rígida y nerviosa como la Honda RC213V; una moto opuesta a su añorada M1.
En realidad la Honda es posiblemente la mejor moto de la parrilla, siempre que esté en manos de Marc Márquez. La RC213V de 2018 es la mejor Honda de los últimos años, pero sigue siendo difícil, radical y sumamente dura sobre la que ningún otro piloto Honda está consiguiendo mantener buenos resultados más allá de casos puntuales.
Sólo el tiempo nos dirá si sobre la Honda un tricampeón del mundo como Jorge Lorenzo es capaz de ganar o si será otra travesía por el desierto. Ya sabemos que los ingenieros de Honda no son de hacer demasiado caso a los pilotos.