Se llaman radares pedagógicos, y llevan en funcionamiento varios años en España. No multan, pero registran la velocidad de cada vehículo, e inmediatamente te hacen frenar si no lo conoces y piensas que te va a multar. De ahí su nombre y su utilidad; por eso su numero se está multiplicando exponencialmente.
Solo en Barcelona habrá 28 de estos nuevos radares pedagógicos, pero también en Sevilla, Burriana, Barakaldo, o distintas partes de Aragón. Cuando la pedagogía vale más que una multa de la DGT.
A veces incluyen un emoticono, a veces no
Seguro que en alguna ocasión te has encontrado con uno de ellos. Estos radares son capaces de medir la velocidad (no con la precisión de un cinemómetro homologado para multar) e informan al motorista o conductor de la velocidad a la que circulan, pero nunca te llegan a sancionar si te has pasado del límite.
Ahí está su gran virtud pedagógica (dicho por la Dirección General de Tráfico); no hace falta que recibas una multa para que moderes tu velocidad. Pues su uso se está multiplicando exponencialmente.
La última en instalarlos y ponerlos en funcionamiento ha sido Barcelona: 28 nuevos radares pedagógicos por toda la ciudad condal; dos en Barakaldo (País Vasco); 10 en todo Aragón; 16 en Badajoz; tres en Sevilla... Y la lista es larga, pero el significado, contundente.
Enseñar antes que multar. En este caso, Tráfico confía con ellos en el poder preventivo antes que el punitivo. Funcionan mediante un láser que mide la velocidad entre 50 y 300 metros y se suelen situar en lugares especialmente delicados, como zonas escolares o peatonales donde la velocidad varía entre los 30 y los 50 kilómetros por hora.
No guardan tu matrícula ni datos en caso de violar el exceso de velocidad, pero sí que almacenan un histórico de los datos máximos y mínimos para que un algoritmo los analice y arroje a los organismos de tráfico más información.
A propósito de lo anterior, no es extraño encontrar un radar móvil situado poco después de un radar pedagógico. A cada autoridad local los radares pedagógicos les sirven para saber cuán peligrosa es la circulación en una zona y poner así medidas más restrictivas.