Seguro que por casa de algún familiar has visto alguna vez la mítica máquina de coser 'Singer'. Con su particular forma y acabado del siglo pasado, muchos las reciclaron como elemento de decoración. Y luego están los más colgados que las utilizan para hacerse una moto.
Cuando el ingenio no tiene límites nacen creaciones como la de hoy, y para los más escépticos esta máquina de coser reconvertida en moto funciona a la perfección. Más bien una minimoto, y muy molona por cierto. Coser y cantar... Digo montar.
Tiene un motor de una Italjet Vampiro, una mítica moto del siglo pasado
Las máquinas de coser Singer son una antigualla que se ha revalorizado con el paso del tiempo. Son muchos los coleccionistas que buscan comprar una, y muy pocos los que las venden. Hay quienes tienen la suerte de toparse con una y montarse una preparación diabólica: una minimoto.
Pero espera, porque la máquina de coser tiene historia. Esta en concreto pertenecía a un abuelo que se aburría mucho y le gustaban bastante las motos, y ahora es su nieto quien la ha vendido por un irrisorio precio.
El hombre compró la Singer de 1930 y la combinó con un pequeño motor de dos tiempos de 50 cc de una Italjet Vampiro. El resultado final de la preparación es una pequeña bestia de 49 cc que llegaba a los 11 CV de potencia, e incluso tenía una caja de cambios de cuatro velocidades.
A decir verdad, la máquina de coser Singer tiene cierto parecido al chasis de una moto, salvando las diferencias obviamente. Pues este inventor del siglo XXI lo ha visto muy claro, y alojó bajo su minúsculo chasis un pequeño motor monocilíndrico.
El problema más obvio de la máquina de coser era su peso, que no era poco precisamente. Tengamos en cuenta que estaba fabricada en acero, aunque al menos eso les garantizará cierta robustez para la que han aprovechado a acoplarle un asiento con dos amortiguadores.
De hecho, la minimoto sigue acoplando una caja de cuatro marchas, un carburador Dell'Orto, un pedal de arranque, luces LED, y hasta un escape alto personalizado, junto con unas ruedas de 6 pulgadas. Pero no funciona.
Semejante joya se ha vendido por 800 dólares, la única pega es que no tiene una transmisión final ni depósito de gasolina, por lo que pinta que nadie la ha puesto nunca en marcha. Al menos es un diamante en bruto de exposición digno de admirar.