Llegas a la gasolinera, apagas la moto, te bajas y miras el cartel con los precios: “Ahí va, si está mucho más barata la 95”, te obcecas, no piensas más, y a rellenar el depósito. Pero, ¿alguna vez te has preguntado las diferencias entre la gasolina de 95 y 98 octanos, y cuál puede ser la más adecuada para tu moto?
Seguramente habrás escuchado ese mito popular que dice que “la 98 es mejor que la 95”. La barata no es más mala por ser barata, ni la más cara es mejor por ser más cara. Sin embargo, ¿qué de realidad hay en esto, alguna vez te has preocupado por saber qué gasolina le echas a tu moto? Hoy toca despejar dudas.
Las diferencias entre la gasolina 95 y 98
Una pequeña apreciación técnica inicial, y es que desde el 2018 la Unión Europea cambió la denominación de estos dos combustibles, de tal manera que la 95 pasó a ser E5 y la 98, E10. Contextualmente, atrás quedan los años en los que se prohibió la gasolina súper con plomo; luego llegó la súper 97 y hasta hoy en día, que conocemos la 95 y 98, las protagonistas.
En todo este batiburrillo hay un elemento fundamental: el octanaje, que es, a la postre, lo que diferencia a la 95 de la 98. Técnicamente se trata de la resistencia del carburante a la compresión que ejerce el motor antes de detonar en el cilindro del motor de tu moto. Evidentemente, cuanto mayor índice de compresión, mayor aguantará la gasolina antes de detonar.
Eso te podría llevar a pensar que la 98 genera más potencia que la 95, pero no. Esto significa que la 98 tiene más poder antidetonante; aguantará más presión y un encendido más óptimo, de tal forma que se aprovecha mejor la energía, mientras que la 95 tiene un menor poder antidetonante. En otras palabras, la 98 está ideada para motores de muy alto rendimiento con una alta relación de compresión y con mayor número de revoluciones. Repetimos, eso no significa que sea más potente.
La 95, asimismo, tiene una mayor presencia de azufre (componente natural del petróleo crudo), por lo que puede generar más trabajo y castigar más al catalizador, y eso lo notarás en los consumos, consecuentemente.
Ahora, la pregunta del millón: ¿cuál le conviene más a tu moto? Esta pregunta es mucho más simple de lo que podías imaginar, y es que viene en el manual de tu moto. Cada motor es capaz de admitir una mejor o peor tolerancia dependiendo de algunos de los factores que te hemos comentado, y cada fabricante recomienda utilizar un tipo u otro de combustible.
La 95, mientras dispone de consumos más moderados y un precio más económico en las gasolineras, está indicada para motos que no sean de alto rendimiento. Por ejemplo, en el manual de la Yamaha MT-07 se especifica que está preparada para 95. Otras marcas como BMW recomiendan 98 para motos como la S 1000 RR con una alta compresión de 13:1.
¿Y qué pasa si el fabricante recomienda echar 98 y echo 95?
La respuesta rápida es "se puede". La respuesta larga nos indicará que, si a un determinado motor está indicado echarle gasolina de 98 octanos y le echamos 95, no es muy conveniente y puede causar daños a largo plazo. Lo más seguro y fácil será adherirse a lo que dice cada fabricante en su manual.
Si le echas 98 a una moto en la que se recomienda 95 acabará siendo contraproducente. Nada de fardar porque sea más cara o creas que vaya mejor. No; leyenda urbana. No harás más kilómetros, y solo gastarás más dinero, pero con las mismas prestaciones.
A la inversa, si quieres utilizar 95 en un motor recomendado con 98 provocarás que la gasolina 95 explote antes de tiempo, se adelante el encendido y notes un bajón de rendimiento importante, así como lo dañarás a largo plazo. ¿Te suena el famoso ‘picado de bielas’?
BMW, por ejemplo, instala en algunas de sus motos un sensor de detonación que permite echar tanto una como otra, adaptando y bajando la compresión del motor cuando detecta gasolina 95 en un motor recomendado con 98, a cambio de perder algo de potencia. Así que, en resumen, ¡mejro ceñirse al manual de tu moto!