Hace ya casi diez años que asisto a un buen número de carreras y Grandes Premios teniendo el privilegio de hacerlo acreditado. Así puedo tener una visión diferente y desde dentro, de todo lo que se cuece en la competición. Pero otros diez años también los he pasado viendo las carreras desde la grada como cualquier aficionado. Por lo que puedo asegurar que tanto en el paddock como en tribuna o en pelouse de cualquier circuito del mundo, lo que nunca cambia es “la fauna” que por allí circula. Vamos a tratar de identificar a estos personajes para saber a que nos atenemos desde el primer minuto.
Lo mismo que en tu propia familia tienes al primo “pesao” al tío “pedante” y a tu sobrino “cabeza loca” también cuando asistes a una carrera de un Gran Premio vas a poder ver aficionados a los que es fácil “etiquetar”. Por supuesto te harán pasar una carrera divertida unos, y con otros estarás deseando ver un sitio libre para cambiarte. Tenedlo en cuenta para la próxima carrera y si puedes intégrate en el grupo, seguro que te lo pasarás mejor.
El grupo de Restauración
No se, si una gran hambruna nos amenaza y yo no he leído las noticias, pero si te topas con este grupo los reconocerás enseguida por el despliegue de neveras, bolsas de supermercado y taper que verás junto a ellos. Yo creo que la carrera que se disputa tiene incluso menos importancia que no olvidarse las tortillas de patata y el pan. Siéntete afortunado, ya que si te ha tocado cerca de este grupo no tendrás que ir a que te claven por un bocadillo con lonchas tan finas que son casi trasparentes. Te van a ofrecer comida y permitir que te integres en su grupo hasta el punto de que te verás ya en la segunda carrera pidiendo que te pasen unas tapitas de jamón serrano, que “te ha gustao mucho.”
Los Fanboy
Todos tenemos un piloto favorito que por su habilidad, su carisma, o simplemente porque nos cae mejor que otros le seguimos con especial atención. Pero si caes en una tribuna de los Fan de cualquier piloto y precisamente este, no es santo de tu devoción, con un poco de tacto te lo puedes pasar muy bien. Son ruidosos no vas a poder oír casi ni las motos a su paso, pero también se respira junto a ellos un ambiente divertido. Si eres un Rossista convencido en mitad de un grupo de espartanos no importa. Con un poco de cuidado y sin pasarte, anima a tu piloto. Al principio te van a mirar raro pero enseguida se acostumbran y acabaras “picado” en el buen sentido, discutiendo como si estuvieras en el bar con ese amigo tuyo al que le gusta Jorge Lorenzo.
El templa
Date por jodido y perdonad por la expresión. Aun recuerdo ese Gran Premio de Jerez dando el sol de plano y con “el templa” a mi lado sudado por los poros de la piel todo el alcohol de la noche anterior. Os juro que el sudor le olía a vodka. Este personaje, como cualquier borrachera, va a atravesar por diferentes etapas. Tendrá una fase graciosa, otra de exaltación de la amistad, otra de pesao y por último será un auténtico despojo humano que no sabes ni como se sostiene en pie. Solo puedes ignorarlo y disfrutar de la carrera.
El de la motosierra
Da igual que sea una carrera de velocidad, una prueba de Freestyle o una carrera de caracoles, el caso es que siempre hay alguien motosierra en mano haciendo sonar su motor a tope de vueltas. Si estás lejos, incluso te parece gracioso y da ambiente. Pero como te toque justo debajo del leñador, llegará un punto en el que estarás rezando por un gripaje. Esto mismo lo puedes aplicar al de la bocina de aire comprimido o al de la vuvuzela. Además, el de la motosierra suele estar siempre acompañado por un templa, o varios.
La estrella invitada
A este personaje lo puedes ver y reconocer no solo en la grada del circuito, también la noche anterior a la carrera. Lo reconocerás porque va con su mono último modelo de colores chillones, botas a juego y caso de más 400 “lereles” en el codo. Te lo encontrarás tomando copas por los pub, con el frío que hace para ir en cueros. El día de la carrera lleva exactamente la misma indumentaria, no molesta, no comenta, no se emociona. Simplemente se luce y parece que asiste a la carrera de MotoGP por la curiosidad de cómo rodarán esos pilotos aficionadillos, que no le llegan ni a la suela del zapato en estilo. No aguanta toda la carrera y se va antes de que termine.
El hombre “pasaba por aquí”
Ni tiene moto, ni ha ido en su vida a un circuito. De hecho no sigue habitualmente el campeonato pero de repente se ha encontrado con una entrada en sus manos y ha decidido ir a ver a “esos de las motos”. Se alegra incluso cuando se adelantan los pilotos en la vuelta de calentamiento. Cuando reconoce algún piloto lo dice bien alto, para que admiremos su destreza. Tampoco molesta, y si tienes la mala suerte de que te toque de un lado “la estrella invitada” y de otro el “pasaba por aquí” no vas a charlar mucho con tus compañeros de butaca.
El reivindicativo
Tiene comprada la entrada desde que salieron a la venta. Ha estudiado estratégicamente en que butaca tiene que sentarse para poder colgar su pancarta. Espera que con un poco de suerte, se vea por televisión. Si te ha tocado sentarte junto a él la has fastidiado, no porque moleste sino porque no vas a ver bien por la “puñetera” pancarta. Durante las carreras se levantara alguna vez para colocar lo que descolocó el viento. La carrera es lo de menos, la pancarta es la que importa.
El disfrazado
Da igual que estés en una carrera de motos, en un concierto o en una manifestación, él siempre se disfraza para estos grandes eventos. A veces, ir disfrazado de “duende verde” no pega nada con el acontecimiento, pero es igual, él tiene que lucir el disfraz. Además siempre hay alguien que quiere hacerse una foto con él, lo que le da la suficiente fuerza moral para en el próximo evento. Suele ser un personaje divertido por lo que no tengas problema si te ha tocado a su lado.
Estoy seguro que hay otros muchos personajes que pueblan las carreras, como el abuelo cebolleta o la parienta florero entre otros, pero seguro que ya habéis localizado alguno de los que hemos descrito. ¿Cómo? ¡Que tu eres uno de ellos!
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