"De pequeño quería ser pirata, pero descubrí las motos". Las palabras de Keanu Reeves después de su primera subida a Goodwood pueden parecer absurdas, pero representan el espíritu rebelde que todos los moteros llevamos dentro. Ese espíritu que hagas lo que hagas con tu vida siempre te hace añorar las dos ruedas.
El caso del actor de Hollywood es muy particular, porque después de una larga carrera en el cine y unos buenos ceros en su cuenta corriente decidió que tenía que plasmar su propia visión de las motos creando una desde cero, su moto: la Arch KRGT-1. Un desarrollo de aspecto custom moderno con un gran bicilíndrico americano en uve de dos litros, baja, larga, con grandes llantas, horquilla invertida y frenos radiales. Si quieres ver y escuchar la KRGT-1, dale al play.