Husaberg. Algunos todavía recordarán el nombre de esta marca que hizo historia. Otros aún las tienen en el garaje como reliquias de hace no tantos años. KTM la acabó matando poco a poco, hasta que se acabó convirtiendo en Husqvarna, de donde precisamente nació.
La historia de Husaberg es hasta bonita. No solo tiene que ver con motos. Era una marca pasional cuyas raíces ya eran propiamente pasionales per se. Es la marca de motos de enduro que unos pocos exiliados de la ya extinta Cagiva decidieron crear. Y lo petaron a lo grande.
"Ready to Race" era cosa de Husaberg, no de KTM. Hasta que dejó de serlo
Corría 1988. Entonces, Cagiva (la mítica firma italiana) compró Husqvarna y se mudó a Italia. En Husaberg (sí, es el nombre de una ciudad), Suecia, un grupo de ingenieros exiliados de Husqvarna decidieron crear su propia marca de motos porque no querían irse de su casa, Suecia, y amaban su proyecto locamente. Así que se quedaron con sus propias reglas.
Aquella revolución fue liderada por un hombre, Thomas Gustavsson. Así que la marca fue registrada en enero del 1988. Thomas y otros cuatro suecos que trabajaban para Husqvarna, entre ellos directores y diseñadores, empezaron trabajando en un cobertizo en las primeras motos que tenían un objetivo: motos de enduro livianas, potentes y hasta arriba de tecnología. En un cobertizo.
Nadie puede juzgar lo del cobertizo. Hasta Steve Jobs arrancó Apple en un garaje. Años después, Husaberg sería la marca por la que muchos soñarían con motos.
Pero, ¿cómo empezar a lo grande? Soñando y haciendo cosas diferentes. Suena a mentoría de YouTube, pero así fue. Querían sobrepasar los límites de la tecnología de finales de los '90 y querían una moto inigualable. Así que su invención más notable fue un motor de cuatro tiempos inclinado hacia adelante. ¿Y qué pasó? Pues que fue tan revolucionario que la idea bajaba el centro de gravedad y mejoraba la estabilidad general de la moto.
Cuadros de aluminio; potencia bruta; peso ridículo; motores inclinados... Las ideas no se acababan. Aunque su nombre ya retumbaba, hicieron lo que todos esperaban: asaltar el mundo de la competición. Para testimonio el de Joël Smets, que se proclamó campeón del mundo de 500 cc con una Husaberg en 1955, 1997 y 1998. Vamos, que su fórmula funcionaba.
En los '90 encontraron su particular mina de oro. Estos suecos innovaban todo y más. Desarrollaron sus propios sistemas de suspensión; bastidores ultraligeros; motores optimizados que no tenían competencia... Y lo demostraban en las carreras. Luego la gente las compraba. Las Husaberg fueron el 'boom' noventero del enduro.
Pero llegaron los 2000, y KTM. A pesar de las ventas, la entrada al nuevo siglo fue un desafío financiero constante para la marca sueca. No vendían suficientes modelos. Antes, en 1995, KTM ya había comprado HSB y la dispuso como su marca de competición. Unos años después, en 2003, su producción pasaría de Suecia a Mattighofen, Austria. Aunque algunos departamentos todavía se quedaron en su tierra natal.
Pero las cosas siguieron empeorando aún bajo el paraguas de KTM. Hasta que en 2014 Stefan Pierer dijo "hasta aquí". Pierer compraría a BMW el 100% de las acciones de Husqvarna AG. Aunque no tenían mucho que ver, su historia se volvió a fusionar; Pierer decidió que Husaberg dejaría de existir para centrarse en Husqvarna.
Por cierto, ¿te suena el "Ready to Race" (preparado para correr) de KTM? Lo utilizan en todos sus modelos. Hasta en MotoGP. Vale, pues ese lema no es de KTM. Era de Husaberg, y fue adoptado por la marca naranja. En su lugar, Husaberg empezaría a usar "Fuerza 4 Tiempos" y "Puro Enduro".
Imágenes | Husaberg
