Roland Sands lo ha vuelto a hacer. Una vez más el preparador americano le echa el guante a una custom para conseguir un resultado espectacular llamado RSD Scout. La primera muestra de esta preparación fue el año pasado, pero ahora ya tenemos toda la información sobre una pieza que ha viajado desde California hasta Biarritz (Francia) para el Wheels and Waves.
Una moto que bebe de la historia de la marca americana para concebir un resultado final que podría estar decorando un museo gracias a sus líneas clásicas, chasis único con horquilla Springer y una decoración que roza la el arte.
La Scout es una máquina muy chula. Polaris ha hecho un grandísimo trabajo con la nueva Scout y es una base genial para trabajar con ella como punto de partido.
Estéticamente esta RSD Scout apunta el futuro pero tirando quizá un 15% hacia las Scout antiguas. Lo que sí podemos asegurar es que ya no es en absoluto una cruiser. Si eres un fan incondicional de Indian entenderás que la Scout originalmente era una moto de carreras. Esta RSD Scout encarna todo ese legado en competición.
Cuando Roland Sands conoció la moto en su presentación de Sturgis 2014 quedó rápidamente expuesto a las bondades de la nueva moto de Indian. Su motor refrigerado por agua y sus líneas clásicas y modernas a partes iguales empezaron a generar ideas de customización y esta RSD Scout es el resultado de todas esas fantasías.
El equipo de RSD deconstruyó totalmente una Scout y volvió a unir el puzle sobre un nuevo chasis de cromo-molibdeno muy similar al empleado en la Project 156, con mucho menos peso, más corto y con unas geometrías más agresivas. La suspensión trasera también procede de la Project 156. En realidad como explicaba el propio Roland, la Project 156 y la Scout comparten algunos anclajes, lo que hizo mucho más fácil el proceso de adaptación.
Inicialmente se creó una unidad sin pintura, con el metal visto, cables a la vista, suspensiones convencionales y llantas normalitas, pero el resultado final es una moto que luce un aspecto imponente gracias a una pintura en polvo en tono rojo Indian para las piezas del chasis y suspensiones pero con un acabado envejecido impresionante.
El resto de la carrocería (depósito, guardabarros trasero y depósito de aceite) adopta el mismo color pero se con detalles en pan de oro y negro que realzan el aspecto clásico de esta pieza tan única. El asiento es un monoplaza muy retrotapizado a mano y que no tiene pinta de ser nada cómodo, pero mola un puñao.
Para las suspensiones se ha recurrido a un conjunto de amortiguadores Öhlins TTX tanto delante como detrás. El delantero se sitúa en la parte superior de la horquilla de tipo Springer y el trasero en el lateral izquierdo, casi horizontal.
Los radiadores son nuevo y toda la línea de refrigeración se ha reubicado. Además todos los cables han sido colocados apropiadamente para dejar una imagen limpia y muy llamativa. Fijaros en el cable del acelerador colocado en la careta delantera.
Ha sido una construcción divertida y he puesto lo mejor de mí para conseguir una moto que fuera un tributo a las Scout originales que poblaban los circuitos de EE.UU entre 1920 y 1950.