Ayer expresaba en un post siete ventajas que aporta la moto en la movilidad urbanas. Estas ventajas suponen un beneficio para todo el mundo, los que van en moto y los que todavía no, por lo que justifican la existencia de políticas destinadas a apoyar el uso de la moto como medio de transporte urbano. Lo que ocurre es que la mayor parte de los temas que afectan a la movilidad en las ciudades tiene que ver con el ámbito de decisión municipal, por lo que se encuentra tremendamente descentralizado y fragmentado.
Eso da lugar a situaciones muchas veces contradictorias y cuanto menos curiosas, de que determinadas actuaciones están muy perseguidas en unos sitios, toleradas en otros y permitidas en algunos. O que las políticas de apoyo a la moto se apliquen de modo muy desigual. A continuación, he recopilado una serie de políticas posibles para ayudar a consolidar la moto como un medio de transporte urbano.
Siete Políticas posibles para apoyar el uso de la moto en la movilidad urbana:
- Permitir la circulación por el carril bus. Hay ciudades que permiten la circulación por el carril bus como Madrid y Londres, pero en muchas otras continua estando prohibido como pasa en Barcelona. La circulación por el carril bus beneficia a todo el tráfico al concentrar las motos en un espacio infrautilizado con un riesgo menor, al tiempo que aumenta la fluidez de la circulación y un mejor aprovechamiento de la calzada.
- Crear suficientes plazas de aparcamiento en la calzada, tanto permanentes como en franjas horarias. Históricamente, aparcar la moto ha sido algo parecido a “buscarse la vida”, mientras que el aparcamiento en la calzada estaba reservado a los coches. Es necesario compartir ese espacio con las motos, creando áreas específicas. De hecho, se pueden optimizar de manera inteligente fomentando el uso las franjas horarios: en muchas áreas de trabajo las motos acceden durante el día por lo que no hace falta reservar ese espacio durante 24 horas.
- Señalización específica para las motos, facilitando algunas maniobras prohibidas a automóviles. Tradicionalmente, las motos nos hemos adaptado a utilizar una señalización mayormente pensada para los coches. Pero hay acciones que una moto puede hacer sin problemas dado su tamaño, como algunos giros prohibidos a los automóviles, el giro a izquierda situándose frente al paso de peatones de la derecha (“giro del taxista”) y otras cosas similares. Pensar en clave de moto.
- Zonas de salida avanzada en los semáforos con carriles anchos de acceso. Las zonas de salida avanzada son una buena solución que están desarrollando varios ayuntamientos. Es positivo porqué favorece una salida más ordenada de los semáforos facilitando salir primero a las motos, que son más frágiles y con mayor aceleración. Pero las zonas de salida avanzada no tienen sentido si el acceso hasta ellas no se hace con carriles anchos que permitan el paso de las motos hasta la zona. Y eso no siempre se cuida, al menos en Barcelona.
- Permitir el acceso a áreas de circulación restringida. Cada vez es más frecuente restringir el acceso a determinadas áreas de la ciudad (barrios, zonas céntricas,...) con bolardos que suben y bajan. A las motos, por su mayor agilidad y menor tamaño, se les puede permitir el acceso a estas áreas de tráfico pacificado, al igual que a las bicicletas. .
- Rebajas en el impuesto de circulación. Se deberían tener en cuenta las ventajas colectivas que aporta a la movilidad urbana (menor contaminación, optimización del limitado espacio urbano,...) favociéndolas con bonificaciones en el impuesto de circulación.
- Mobiliario urbano que minimice las lesiones. Se está notando una tendencia en la reforma de ciertas áreas de la ciudad a incorporar mobiliario urbano con cantos vivos en elementos como marquesinas, jardineras, separadores, barandillas, zócalos,... Se debería tender a pensar el mobiliario urbano en clave de seguridad para todos los usuarios de la vía, de modo que proliferaran diseños redondeados, con goma en ciertas partes,... Pueden ser igual de bonitos sin necesidad de ser tan lesivos en caso de caída accidental.
Se pueden pensar otras medidas adicionales, pero creo que el listado anterior es un buen catálogo de medidas positivas para favorecer a la moto en la movilidad urbana. A mí me gustaría que se pudiera elaborar un paquete que las administraciones municipales pudieran desarrollar en las ciudades, adaptándolas a sus propias circunstancias, pero incorporando este punto de vista positivo hacia la moto, en lugar de basarse en la multa y la represión como único mecanismo de ordenación de la circulación.
En definitiva, no olvidar que con el uso frecuente de la moto tendremos mejores ciudades.
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