Fijando la vista en las BMW más clásicas, hay que reconocerles que en su momento se labraron una fama de motos robustas, elitistas y duraderas que todavía hoy sigue flotando en el ambiente al hablar de la marca de la hélice azul. Claro que cuando se forjó esa fama, estas motos tenían un precio tan prohibitivo que sólo aquellos realmente pudientes se podían permitir tener una en su garaje. Así muchos decían que una BMW era la moto del médico o del juez, cuando estos trabajos estaban en la cúspide de la pirámide social.
Y tenían algo de razón, porque una de estas BMW las podías mantener en marcha con poco más que un alambre y unos alicates en las condiciones más extremas. Incluso el diseño del bicilíndrico bóxer BMW se mejoró para poder apoyar uno de los cilindros en el bordillo sin usar el caballete. Con estas imágenes en mente podemos ver el vídeo que os dejo a continuación y se entiende mucho mejor que nos vendan una moto para gente adinerada que vive en un castillo, con piscina y una mujer guapa en ella, un coche que se parece un montón al un Rolls Royce y la despreocupación típica de los años sesenta en los que ni el uso del casco era obligatorio.
Vía | Two wheels + Foto vía | Wikimedia