Este post se iba a titular algo así como “Pere Navarro, sus explicaciones peregrinas y la falta de sentido común”, pero mis compañeros de edición del blog me hubieran colgado por ser un título demasiado largo.
Y es que si algo ha caracterizado a Pere Navarro en el tiempo que llevamos sufriéndolo como Director General de Tráfico han sido sus explicaciones peregrinas. Sin tener que recurrir a las hemerotecas podemos recordar muchos ejemplos: cuando presentó el “casco budista”; o recientemente cuando vinculó la crisis económica con el aumento de siniestralidad en un fin de semana; o la euforia en este octubre en que bajo la siniestralidad. Y hoy mismo nos ha dado una muestra más de su capacidad para dar explicaciones peregrinas al vincular la siniestralidad del fin de semana pasado con la manifestación de Madrid el pasado sábado. Por favor, ¿tan difícil es utilizar el sentido común para interpretar la realidad?
Ayer noche vi en la televisión la alta siniestralidad motera del fin de semana. Triste. En las noticias explicaron detalladamente las circunstancias de los accidentes sucedidos en Catalunya (3 muertos) y ninguno tenía nada que ver con la manifestación. Nada. Me fui a dormir abatido porque una sola persona muerta en la moto ya es demasiado. Y hoy me indigné con las declaraciones de Pere Navarro en las que vinculaba manifestación y siniestralidad. Habría que analizar uno por uno cada accidente. Y es evidente que el aumento de tráfico provoca accidentes: lógico. Cualquier aumento de tráfico, por la causa que sea.
Pero bajo mi modesto punto de vista, la explicación más plausible del aumento de siniestralidad se encuentra en la meteorología: buen tiempo con temperaturas frías. Por desgracia, ya he observado que otras veces que se ha dado esa combinación coincide con mayor siniestralidad. Los moteros salimos a disfrutar del fin de semana y el asfalto está frio. Mala combinación. Adherencia reducida. Por desgracia, accidentes. Eso es una explicación lógica, derivada del sentido común.
Igualmente, hay una explicación sencilla de la baja siniestralidad que explicaba eufórico el Director General de Tráfico hace unas semanas. En este octubre ha llovido gran parte de los fines de semana. Y si llueve, la mayor parte de motos no salen a pasear. Se quedan en los garajes. Y claro, se reduce la siniestralidad de las motos. Si llueve, se accidentan más los coches. Pero no las motos. Simplemente, porqué circulan muchas menos motos. Ostras, de nuevo el sentido común (y de nuevo, la meteorología) puede explicar gran parte de lo sucedido en las carreteras.
Esto mismo pasa cuando frecuentemente se comparan las cifras de siniestralidad “con el mismo fin de semana del año pasado” o “con la misma operación salida”: ¿alguien se acuerda si llovió el año anterior al hacer la comparación? ¿si hizo mucho frio o calor? ¿si el puente era en jueves o viernes?... Comparativas viciadas y alimentadas por la DGT en su afán de reducirnos a números.
Pero hemos de ser comprensivos: debe ser muy difícil para Pere Navarro tener que acudir a tantas ruedas de prensa a dar explicaciones de algo que “sucede”. Pobre, como debe sufrir. Y es que las explicaciones peregrinas dan más titulares y gustan más : ¿serán las ganas de dar titulares a los periodistas? ¿será ausencia de sentido común? ¿o sencillamente malicia?.... En fin, como siempre me gusta ser positivo “piensa bien y acertarás”.
