Primera hora de la mañana de un maldito lunes, pleno centro de Gallardonia Botellonia Madrid, morriña del fin de semana que acaba de terminar y el próximo fin de semana queda a años luz de distancia. Pero un momento, todo el mundo quieto, no estamos trabajando y son las 10 de la mañana. En una pequeña porción de acera anexa a la calzada nos encontramos un objeto no identificado que brilla de forma exagerada, despierta nuestra curiosidad. Al acercarnos nos damos cuenta de que el resplandor emana de una bonita Ducati Streetfighter 848 de color amarillo perlado que nos espera en el concesionario Ducati Moncloa. Ojalá todos los lunes comenzasen así.
Así que enhorabuena a Gonzalo FrMo por acertar tan rápido la adivinanza. Ciber-gallifante para él, aunque Juanky Prieto le hizo la mitad del trabajo. Para la próxima qué pensáis, ¿tengo que ser más rebuscado, como Morrillu?.
Ducati Streetfighter 848: estética que se sale de lo común
Nada más ver esta Ducati Streetfighter 848 lo que quieres es esbozar sonrisas, pero intentas no hacerlo para no parecer un idiota ante el resto de viandantes. El aspecto es interesante, no es una más de las motos polivalentes desprovistas de carenado que se parecen entre sí, es un soplo de aire fresco en el mercado que fue presentado en el Eicma de Milán de 2008 donde ganó el premio a la moto más bella de las que allí se presentaron.
Por aquel entonces el motor único que equipaba era el 1098, pero poco tiempo después aparecieron fotos espía que se materializaron en cuestión de meses en un modelo con el motor de la menor de las superbikes, el 848 Testastretta 11º (11º por el ajuste del cruce de válvulas no por el ángulo entre cilindros).
El resultado de la unión de un concepto innovador con el motor más humano es una moto que sólo tiene un propósito, disfrutar. Cuando digo disfrutar es en todos los aspectos, tanto encima de ella con las prestaciones que nos ofrece, como sin estar subidos contemplándola desde la ventana de un bar y alimentando nuestro ego por cada persona que la mira cuando pasa cerca.
Las streetfighter, como tipo de motocicletas con identidad propia, surgieron en los años 80 en los países del norte de Europa al evolucionar las deportivas de la época en manos de inconformistas que las despojaban de sus carenados y se adaptaba un manillar ancho como alternativa a las naked de la época, que se asemejaban más a las café racer.
De este modo conseguían naked con un aspecto musculoso, novedoso para la época y de altas prestaciones. Esta Ducati evoluciona el propio concepto streetfighter y no sólo se limita a quitar la ropa a las superbikes de la marca, sino que además ha creado una estética completamente diferenciada del resto.
A la base de su alter ego deportiva se la quita el carenado y se sustituye por un faro específico que le da un espíritu guerrero, y que a la vez tiene gran parte de culpa de la estampa general. Este faro huye de los simplistas focos redondos u ovalados para ser un elemento de diseño en sí mismo. Las luces de posición led se colocan en la parte inferior y se prolongan lateralmente bajo el faro de las luces de cruce, de forma casi triangular.
El cuadro de mandos emerge de la cubierta superior del faro, pero como éste está colocado en una posición muy baja no sobresale en absoluto por encima de la tija superior y, no os hagáis ilusiones, aunque tenga ese aspecto integrado y aerodinámico no desvía en absoluto el aire.
Ducati Streetfighter 848: tecnología y parte ciclo sin medias tintas
Hablando del cuadro de mandos, deriva directamente de la Ducati 848 Evo, pero mejorado. La tecnología incluida en este modelo supera al de la deportiva y se nota en la cantidad de parámetros de configuración, incluida la selección entre tres niveles de la intensidad del brillo de la pantalla LCD que hará que sea perfectamente visible en cualquier circunstancia sin sombras ni brillos ni nada por el estilo.
De hecho la electrónica la hereda de la 848 Evo Corse Special Edition, que incluye todo tipo de alardes como el control de tracción (DTC) con ocho niveles de actuación, preinstalación para el DQS (cambio semiautomático), preinstalación para el DDA (sistema de adquisición de toma de datos) con el puerto accesible en el colín bajo el asiento del pasajero, y múltiples indicadores de todo tipo, salvo indicador del nivel de combustible.
Además, un elemento que casi pasa desapercibido pero que es de nueva factura y confiere a la moto un aspecto tan logrado es el depósito más alto y curvado, al que recurren dos nervaduras en su parte frontal hasta llegar a lo más adelantado donde encontramos el alojamiento de la llave de contacto. Te permite sentarte más adelante y reposar el peso sobre el manillar, podríamos decir que es un manillar ancho pero no lo voy a hacer porque su distancia entre extremos es sensiblemente menor que el de una Triumph Street Triple 675 por ejemplo.
Me llamó la atención y al principio tienes que aclimatarte a llevar las manos tan horizontales y adelantadas, porque la sensación es la de ir sobre la rueda delantera más que en las 848, sensación que se refuerza con la vista desde nuestra posición de el neumático y la punta del guardabarros delantero. Además el manillar se sitúa 20 milímetros más alto y las estriberas son 10 milímetros más anchas para mejorar la ergonomía.
Continuando con el aspecto estético pocas cosas más se diferencian de las deportivas, pero uno de los más característicos es el sistema de escape 2-1-2 cuyos colectores parecen el cuello de un cantaor gitano y que termina en dos grandes silenciosos acabados en aluminio bruñido que no hacen más que realzar el aspecto musculoso de esta Ducati Streetfighter 848.
El sistema de escape pose doble sonda lambda y válvula de escape para, en teoría, conseguir las mejores prestaciones, pero ¿quién no opina que la irían mejor unos bonitos Termignoni de carbono?. El sonido es ronco, propio de las Ducati, de poderosa melodía típica de los motores de cuatro válvulas y refrigeración líquida desmodrómicos, pero sin llegar al extremo de la Panigale que probamos hace no mucho tiempo.
Terminado el juego de buscar las diferencias con sus parientes más deportivas pasamos a las similitudes si os parece. Con 169 kilogramos de peso en seco y 132 caballos de potencia es toda una señora moto que recibe casi todas las piezas de sus compañeras de marca desde el conjunto de asiento y colín (que al estar desprovisto de escapes tiene una imagen mucho más estilizada), basculante monobrazo de aluminio en negro (un pelín más largo), sistema de frenos Brembo con pinzas y bombas de accionamiento radial, suspensiones multiregulables, chasis multitubular con las mismas geometrías (salvo el lanzamiento que crece a 103 milímetros), motor en uve a 90º y cuatro válvulas, y demás características propias que más o menos todos podemos conocer.
Sea como sea, mañana nos ponemos a sus mandos para ver si se desenvuelve tan bien como pinta esta rubia italiana.
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