Los piques en carretera digamos que son ciertamente peligrosos, e ilegales. Al menos en nuestro país. Es una verdadera locura solo el hecho de pensar en ponernos a casi 300 kilómetros por hora, pero no en todos los países es así. No tenemos ni que salir de Europa para comprobarlo.
Muchos ya conocen una de las grandes virtudes de las autopistas o Autobahn alemanas: hay tramos en los que no hay límite de velocidad. Algunos políticos se las querían cargar, pero de momento, nos dejan vídeos tan impresionantes como el de hoy.
Érase una vez un pique épico entre una moto de 212 CV y un coche de 640
En la zona euro, solo Alemania y la Isla de Man poseen zonas libres de limitación de velocidad, mientras que en el resto del mundo, esto solo pasa en una docena de países. Vamos, que son los de menos.
Comprarse un Lamborghini Huracan o una BMW M 1000 RR en Alemania no es del todo mala idea. Al menos sabes que, en ciertos tramos, podrás dar gas a fondo sin que la policía te engrillete y acabes detenido, sin carnet, sin moto (o coche, en su defecto) y sin dinero.
Aunque cada vez son menos los tramos limitados, todavía existen. En cierto modo es responsabilidad de los que deciden ponerse a correr, y tienen un accidente.
Como curiosidad, si en el mismo año ocurren varios accidentes en ese tramo, se impone un límite al año siguiente. Y que en caso de accidente, la compañía de seguro imputa automáticamente el 50 % de la culpa a todos los implicados.
Es uno de los pocos lugares en el mundo donde podemos ver un pique sano y legal entre una BMW M 1000 RR y un Lamborghini Huracan. Decimos sano porque en todo momento el motorista y el coche mantienen la distancia de seguridad, aunque a casi 300 kilómetros por hora es difícil calcularla.
Duelo de titanes. La moto no se despega del coche. Hablamos de los 212 CV de la máquina alemana contra los 640 CV de potencia del motor de aspiración natural de 5,2 litros V10 del Huracan. Su par motor es una bestialidad: ¡565 Nm!
No hace falta ser ilegal, aunque lo de jugarse el pellejo ya es otro rollo. La moto llega a ponerse a 299 kilómetros por hora durante los 6 minutos que dura la épica persecución, y sin necesidad de bajar de la sexta marcha en todo el proyecto. Podemos ver hasta la fuerza G a la que se somete el piloto cada vez que le aprieta la oreja a la M 1000 RR.
Moral o no, desde luego que la legalidad impera en todo momento, tanto para el motorista como para el conductor del coche. Las leyes alemanas permiten hacerlo en determinados tramos; otra cosa es lo que cada uno considere peligroso para él y para los demás.