No hace falta escaparnos hasta otros países para presenciar escenas realmente pintorescas como la que hoy vemos y que ha sucedido este mismo año en Valencia, y que tiene por protagonistas a un scooter y a una patrulla de la Guardia Civil.
Ante la temeridad del menor de edad subido al scooter, la Guardia Civil desistió en la persecución, habiendo tomado buena nota de la matrícula. Las consecuencias no se hicieron esperar para el joven chaval, y cuyo scooter se puso a la venta poco después en varias páginas de internet de segunda mano.
Pensaba que era una jugada maestra, pero acabó con la Guardia Civil en su casa
Intenta huir en una scooter vacilando a la Guardia Civil pic.twitter.com/GoumzqQbbG
— SocialDrive (@SocialDrive_es) August 2, 2022
El vídeo no tiene desperdicio. Compartido por SocialDrive, son 30 segundos llenos de fulgor y acción de lo más surrealista y hasta descarada. Los hechos sucedieron en la carretera que conecta Valencia con El Perelló, y al parecer, el joven fue captado por la Guardia Civil cuando estaba haciendo algunas maniobras peligrosas ante la mirada de otros jóvenes.
Móviles en mano y grabando, se puede comprobar cómo una patrulla de la Guardia Civil persigue al ciclomotor sobre el cual va montado el joven, haciendo malabares para zafarse de los agentes.
El conductor jugaba con la mediana, que tenía cierta altura. Mientras él la podía pasar por encima fácilmente debido a la agilidad del scooter, los agentes de la Benemérita se las veían y deseaban para poder seguir al joven, que parecía jugar al pillapilla con los efectivos del Cuerpo. Aunque no circulaban más vehículos por la vía, una acción peligrosa en la que cometió varias imprudencias de tráfico, además de escaparse, naturalmente.
El joven espera en la mediana a que uno de los agentes se baje para tomar ventaja y dar la vuelta rápidamente. Es entonces cuando la Guardia Civil es incapaz de seguirle el ritmo ante las claras ventajas del ciclomotor, y deciden dejar de perseguirlo, ya que eso podría causar más peligro que el beneficio de detenerlo.
En cualquier caso, el ciclomotor circula con placa de matrícula trasera, dato que no obviaron los agentes, que tomaron buena nota de ella, cuando descubrieron, según fuentes, que no era un vehículo robado, y que era de su propiedad. Sacar sus datos sería pan comido.
Al joven de nacionalidad española se le personaron los efectivos de la Benemérita en la puerta de casa para informar a los padres sobre el hecho en sí, y las consecuencias legales con las que tendrían que acarrear. Incluso, poco después, fue visto el ciclomotor a la venta en webs de segunda mano en internet.