Hoy es un día especial. El 19 de marzo, además de ser la onomástica de todos aquellos que se llaman José (felicidades) es también el Día del Padre. Un día que los que de momento sólo sean hijos verán como el de ostrás, que tengo que felicitar al papa; pero que cuando te conviertes en uno de ellos se vuelve especial cuando ves a tu queco que no levanta medio palmo del suelo llegar del colegio con un detalle y gritarte de forma ininteligible: Felicidades.
Por eso hoy quiero aprovechar no para felicitar al mío porque eso ya lo he hecho en otras 35 ocasiones, sino para agradecerle que en cada una de las más de cien pruebas con la que os he dado la paliza en Motorpasión Moto, en prácticamente todas el pasajero misterioso ha sido él. A él es de agradecer todas y cada una de las sensaciones y recomendaciones recogidas y que os he intentado plasmar. Y ahí sigue, con casi 57 años al pie del cañón cada vez que lo necesito. Por ello gracias de mi parte y de la vuestra.
Y que siga al pie del cañón se entiende cuando descubres que hace más de 40 años su toalla de playa era una representación del Circuito de Monza, del Gran Premio de las Naciones de 500 con unos posibles míticos protagonistas a la vista de los cascos: Ginger Molloy en primera posición seguido de Giacomo Agostini, Gyula Marsovszky y Silvano Bertarelli. Y entonces también se entiende el porqué de este bicho que me recorre todo los días el cuerpo. Felicidades y de nuevo gracias.