Desde que fue lanzada en 2015, la Yamaha Tracer 900 ha sido uno de los modelos que mayor éxito de ventas ha representado para la marca de los tres diapasones. Con más de 35.000 unidades vendidas desde entonces, en Yamaha han decidido renovar uno de sus modelos estrella en el segmento sport tourer.
En Yamaha tienen claro que su principal punto fuerte es la versatilidad y por eso han seguido manteniendo la línea que ha llevado a la Tracer 900 a ser una de las motos más valoradas en ese sentido. Aplicando el “si funciona no lo toques mucho”, los ingenieros de Iwata han potenciado sus virtudes para que en 2018 siga siendo una de las reinas del segmento.
Actualizaciones y cambios orientados al confort
Precisamente ese es el punto fuerte en el que se han centrado en Yamaha a la hora de traer la nueva versión de la Tracer 900, el confort. Conscientes de la importancia de sentirse cómodo sobre una moto de este tipo, el grueso de las novedades de la versión nueva va por ese camino.
En las motos pensadas para hacer kilómetros, uno de los factores más importantes a la hora de sentirse cómodo es la protección aerodinámica. En ese aspecto, la Tracer 900 incorpora un parabrisas mayor que ofrece más protección contra ese viento que llega a ser tan incómodo en viajes largos y que es siempre un incordio y un elemento que aumenta la fatiga del conductor. Su altura puede ser configurada manualmente para que nos proteja bien seamos altos o bajos, grandes o pequeños.
En líneas generales, la Tracer 900 2018 se ha estilizado y toda su carrocería ha sido rediseñada para optimizar su función y a la vez, dar un toque renovado a su apariencia. Su nueva entrada de aire en el frontal y los laterales nuevos le dan un toque moderno que siempre viene bien a la hora de atraer a la vista de potenciales compradores.
Siguiendo con el objetivo de hacer la moto más cómoda en grandes recorridos, se ha equipado a la Tracer 900 con un asiento más confortable tanto para el conductor como para el pasajero. Ya de paso, además de pensar en el bien de nuestro trasero, en Yamaha han aprovechado para darle ese toque de exclusividad y de calidad que tan atractivo resulta a la vista.
Su altura puede ajustarse seleccionando entre dos opciones para que nuestra posición sobre la moto sea lo más personalizable posible. De esta manera, el asiento nos ayudará a colocarnos como mejor nos venga y así, consigamos tener una conducción lo más suelta y relajada posible. Con ese pretexto, también han sido rediseñadas las estriberas del pasajero así como los agarres.
Pero no todas las novedades ergonómicas de la Tracer 900 están pensadas para uso exclusivo en viajes y rutas largas. Aunque también ayude en ese sentido, el manillar se ha reducido en longitud para hacer algo más estrecha la moto y de esa manera, ayudar a su agilidad a la hora de enfrentarse al tráfico. Gracias a esa reducción de anchura, la Tracer 900 se desenvolverá algo mejor en los atascos y a la hora de callejear, amabas situaciones que la sacan de su hábitat natural pero que en mayor o menor medida, siempre nos encontraremos en el día a día.
Aunque la búsqueda del confort sea la que se ha llevado la mayor parte de los esfuerzos en el rediseño, no podemos decir que sea lo único. Un basculante nuevo de aluminio más largo y nuevos ajustes en la suspensión trasera ayudarán a que la moto se comporte mejor en curvas y además, nos permitirán equipar maletas más grandes.
Todos estos cambios se unen a la base ya bien conocida liderada por el motor de 847 c.c. con refrigeración líquida y embrague anti-rebote asistido que tan buenos resultados han dado hasta ahora. En el campo de la electrónica, la Tracer 900 sigue contando con los tres niveles de control de tracción y con sus modos de conducción.