Por si no se notaba suficiente en mis posts, ya de entrada me confieso un admirador de Valentino Rossi. De hecho, creo que no podría entender a nadie que no lo admirara, a banda de que te guste o deje de gustar. Pero en la carrera de hoy, para mí, Valentino ha vuelto a dejárselo todo en la pista, como ya viene haciendo desde el año pasado, y eso, para todos los que estamos viendo las carreras, es de agradecer.
Su actitud en la pista es de campeón. De luchador incansable. Sin ir más lejos, hoy hemos visto como Dani Pedrosa se limitaba a seguir a Rossi y Stoner sin apenas tener opción de intentar el adelantamiento. Rossi, aunque conocedor de que por mucho que adelante, intente escaparse, pruebe trazadas nuevas, etc., en la recta va a volver a tener a Stoner encima, no se cansa de intentarlo una y otra vez. Y eso, los que estamos en el circuito o delante de la televisión, tenemos que aplaudirlo, porque si no, ¿de qué íbamos a estar hablando ahora de la gran carrera de MotoGP que hemos visto? Las declaraciones del astro italiano lo dicen todo: "Tenía que inventar algo distinto en cada curva para adelantar". Y además, no se corta un pelo en confesar que "todos los adelantamientos fueron al límite". Esa para mí es la gran diferencia entre Valentino y Dani. La actitud en la carrera. Y yo personalmente me quedo con la de Valentino, como buen amante del espectáculo. Las apuradas de frenada a final de recta, como se resistía por fuera a que Stoner le rebasara por punta, los hachazos en curvas en que Stoner no los esperaba, el adelantamiento en la última curva del circuito, New Holland... ¡esa curva es rapidísima para adelantar! Por todo esto, gracias Valentino por el espectáculo de hoy. Y felicidades a Stoner, que con todo y con eso, ha hecho también una magnífica carrera.
Foto | Yamaha