A mitad de temporada a Pecco Bagnaia se le acusó de ganar algunas carreras como Jerez con presiones ilegales en los neumáticos, y que él solo era la punta de lanza. Había varios equipos más que supuestamente hacían trampas con la presión de las gomas ya que corrían varias vueltas por debajo del mínimo legal establecido en el reglamento.
La polémica no escapó de las garras de Dorna y Michelin, que saben que “en la experiencia, que ya es vieja, los equipos podrían ganar yendo por el lado peligroso”. Por eso en 2023 habrá una regulación concreta que está por delimitar al completo para que nadie vuelva a correr saltándose el reglamento.
Hay un acuerdo entre las marcas y Michelin para que no se sancionen las irregularidades
Cómo funciona el actual sistema de presiones. Hay que dirigirse al reglamento de MotoGP para saber que el límite de presión mínima es de 1,9 bares en el neumático delantero y 1,7 en el trasero. Como aparece en la norma, todos los equipos han de cumplirlo a rajatabla
¿Y por qué tiene que llegar un sistema de presiones si ya hay reglamento de por medio? Además de esa reglamentación, existe un acuerdo entre todas las marcas y Michelin para que no se hagan públicos ni se sancionen las irregularidades en los neumáticos, por lo que en términos prácticos no existe ningún límite de presión mínima, aunque el reglamento sí lo recoja.
Cuál es el fin de saltarse la normativa. El objetivo al pilotar saltándose la norma y corriendo por debajo de la presión mínima es conseguir más agarre y más rendimiento. A medida que pasan las vueltas y sube la presión, la goma se desgasta más, por lo que buscan el efecto contrario.
El propósito de llevar presiones bajas sería controlar que la presión no suba demasiado en caliente, evitando tanto el exceso de temperatura como el desgaste. También puede ser un problema de temperatura ya que a más presión, más se calienta la goma y genera mayor presión.
Quién más se saltó las presiones. En su día, Mat Oxley desveló unas acusaciones de personal anónimo de MotoGP que implicaban a varios pilotos y equipos, entre ellos Ducati y Pecco Bagnaia. También se saltaban la normativa Jorge Martín, Álex Rins y Andrea Dovizioso.
Desde Michelin, Taramasso, el máximo responsable de la marca en MotoGP asegura que la picaresca de los equipos es algo muy poco común porque la marca ofrece los datos de presiones a todo el mundo, y que cuando pasó en Jerez fueron los propios fabricantes de la competencia los que mandaron la info a Oxley.
Así que en 2023 se acabó saltarse el reglamento, y presumiblemente ese pacto entre caballeros no volverá a surtir efecto. Ha sido Corrado Cecchinelli, Director de Tecnología de MotoGP, el que ha confirmado la nueva norma a través de un sistema.
"Habrá requisitos claros de presión para que una vuelta cronometrada sea aceptada, o para que la carrera se considere conforme al reglamento", dijo, o lo que es igual, una vuelta será buena si el neumático está por encima de la presión mínima durante un tiempo determinado durante esa vuelta.
Al llegar al final de la carrera calcularán la presión media en cada vuelta y luego el número de vueltas en las que la presión media fue superior a la mínima, explicó el directivo de MotoGP. Si no se cumplen los cálculos matemáticos, se anularán vueltas o incluso se invalidará la carrera.
Cómo lo incluirán en la práctica. Se acabó el que no haya una medición con la que los equipos puedan jugar ya que ahora habrá un "sistema oficial de presión de neumáticos".
Llegará esta misma pretemporada para que los equipos "empiecen a entenderlo", y se irá desarrollando a medida que pase la temporada bajo un "sistema unificado capaz de medir de forma segura la presión en tiempo real", o un datalogger que controla la presión a través de unos sensores en las ruedas. Actualmente hay 3 proveedores de sensores por lo que todos empezarán a un solo proveedor para regular las tolerancias.
La regulación de los neumáticos va un paso más allá, algo que empezó con el reventón de neumático que sufrió Loris Baz en 2016 cuando iba a 300 km/h. Pasó en la segunda sesión de entrenamientos después del cambio de Bridgestone a Michelin.
Aunque Baz salió casi ileso del accidente, aquello supuso cambios en la reglamentación. Desde aquel incidente, Dorna obligó a Michelin y a los equipos a instalar sensores de presión obligatorios desde 2016. Con ellos se envían los datos a Michelin y equipos. A partir de 2023 serán los que solo entregue un único proveedor y miren con lupa.