La insoportable levedad de ser el rival de Marc Márquez
Parecía un hecho. La impecable racha de cuatro victorias seguidas que arrastraba Marc Márquez iba a terminar en Australia. Maverick Viñales estaba dominando a placer el Gran Premio. Fue el más rápido el viernes por la mañana y por la tarde, también lo fue el sábado y el domingo hizo la pole position y, por si fuese poco, dominó el Warm Up.
Viñales parecía en Phillip Island el Márquez de otros circuitos. No solo era el más rápido sino que se permitía el lujo de ir mejorando su vuelta rápida mientras probaba el ritmo de carrera. Todo lo que no fuese una victoria de Viñales parecía una epopeya, y ese tipo de gestas son precisamente las que motivan a Marc Márquez.
Márquez está mermando la psique de sus posibles rivales en 2020
El resultado fue el que vimos. Márquez no solo ganó la carrera, sino que jugó con Viñales a su antojo. Pudiendo pasarle en varias ocasiones, decidió cortar gas una y otra vez en la recta de meta. No quería que Viñales estudiase nada de su pilotaje hasta que en la última vuelta llegó la estocada esperada por todos menos por Viñales.
Entonces lo que había sido un fin de semana plácido para el de Yamaha se tornó en pesadilla. Era la última vuelta de carrera y por primera vez en todo el Gran Premio estaba detrás de alguien. Tenía que arriesgar y lo hizo, pero Márquez había tenido tiempo de sobra para pensarlo todo en esas largas vueltas en la estela de Viñales.
Márquez tapó el interior de la curva 4 y solo tuvo que insinuarse en la 10 para que Viñales tirase todo el fin de semana por la borda y terminase por los suelos. Si después de perder contra Andrea Dovizioso en Austria y contra Álex Rins en San Marino se dudó de la capacidad de Márquez para ganar en el cuerpo a cuerpo, el campeón ha querido despejar todas las dudas desde entonces.
Ya jugó como quiso con el joven Fabio Quartararo en Misano y Buriram, pero es que en Phillip Island lo ha hecho con un piloto más experto y en su pico de forma como es Maverick Viñales. Márquez tiene bien identificados quienes pueden ser sus rivales en la próxima temporada y les está mermando la moral desde ya.
Porque lo que estamos viendo de Viñales en las últimas carreras es muy serio. El catalán parece haberse reencontrado con su mejor versión, aquella que deslumbró a todos en sus primeras carreras con Yamaha, allá por 2017. Y no es flor de un día. Es cierto que el año pasado ya ganaron en Australia, pero fue sin Márquez en pista y sin una trayectoria tan positiva.
¡HAY QUE PONERSE DE PIE PORQUE SE HA DEJADO EL ALMA! 👏👏@mvkoficial12 lo intentó más allá del límite y acabó en el suelo 💥
— DAZN España (@DAZN_ES) October 27, 2019
Valentía. Coraje. Garra. Ganas de vencer. Solo se le puede aplaudir #AustralianGP 🇦🇺 #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/tCOYqrRybL
Desde hace varias carreras son Viñales y Quartararo los únicos capaces de discutirle los logros a Márquez. No solo en carreras, sino también en las clasificaciones y los entrenamientos. Yamaha todavía no está donde Honda, pero si trabajan bien durante el frío invierno podrían llegar a Catar como principal, y casi única, alternativa a dominio de Márquez.
Ducati, a punto de perder el título de marcas contra Márquez
Por lo demás, el abuso de Márquez es tal que está a punto de ganar él solito el título por equipos. La caída del infalible Danilo Petrucci, que había puntuado en todas las carreras, deja al Repsol Honda a solo un punto del equipo oficial de Ducati. Y viendo que las motos de Borgo Panigale ni están ni se les espera, solo un infortunio podría apartar el título del Repsol Honda.
El Phillip Island el desastre del equipo oficial de Ducati fue extremo, hasta el punto que Andrea Dovizioso solo pudo ser séptimo en una carrera en la que las dos motos satélite del Pramac, las de Jack Miller y Pecco Bagnaia, fueron tercera y cuarta respectivamente. Toca reflexionar en Ducati sobre qué dirección deben tomar.
Si ahora mismo tienen un aliado en Ducati de cara al campeonato que queda en juego ese es Jorge Lorenzo. El piloto mallorquín sigue superándose en eso de hacer su peor carrera en MotoGP. La de Australia sin duda pica muy alto en la clasificación: último entre los que acabaron, a 20 segundos del penúltimo, fuera de los puntos y cerca de ser doblado.
La situación de Lorenzo en Honda ya es insostenible, y parece hasta irresponsable por ambas partes seguir alargándola. En su debut con las motos del ala dorada Johann Zarco le metió 40 segundos a Lorenzo, y eso que el francés ni mucho menos tuvo el fin de semana que esperaba, terminando decimotercero.
Mención especial para Aprilia, que seguramente tuvo su mejor Gran Premio desde que entraron en MotoGP. Andrea Iannone llegó a liderar la carrera, aunque no pasó primero por meta por tan solo siete milésimas. Las dos motos italianas aguantaron en el grupo de cabeza, aunque con el tiempo fueron cediendo terreno dentro del mismo.
Por último, dos cosas que preocupan. Primero la patente falta de velocidad de Valentino Rossi, que después de mucho tiempo volvió a liderar una carrera pero terminó bajando hasta el octavo puesto. Y segundo, el bajón de rendimiento que ha sufrido Suzuki desde que Rins ganó en Silverstone, y que les ha mantenido muy lejos de los líderes desde entonces.
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