Ducati y la pasión insaciable por las carreras: un proyecto con potencial a dos bandas
En competición no todo son las victorias. O sí, depende cómo se mire. Actualmente, pensar en carreras de motociclismo es pensar en Ducati, una marca que está poniendo toda la carne en el asador para sacar adelante no uno, sino dos proyectos al más alto nivel que una marca puede aspirar en las carreras sobre asfalto.
El Campeonato del Mundo de MotoGP y el Campeonato del Mundo de Superbikes son el caldo de cultivo donde el germen de Ducati se está extendiendo, poniendo contra las cuerdas a marcas con muchos más recursos. El mérito de las dos victorias consecutivas de Andrea Dovizioso esta temporada es triple: por el propio reto de ganar, por hacerlo contra quien lo hace y por mantener al mismo tiempo un proyecto en el WSBK que, al igual que el de MotoGP, día a día sigue creciendo y dando frutos.
Comparaciones odiosas y cifras de ventas
Comparando las cifras de ventas de Ducati con el resto de la industria nos encontramos con un volumen casi testimonial
Antes de hablar de carreras vamos a hablar de ventas de motos, que al final es lo que paga los proyectos de competición. Con unas escasas 55.451 unidades vendidas en 2016 fue el séptimo año de crecimiento continuado. Una clara tendencia al alza empujada por el capital alemán y una estrategia de producto inteligente y diversificada que les está permitiendo ampliar la gama con productos que, en su medida, todos están funcionando comercialmente.
Para la empresa de Borgo Panigale estas ventas logradas durante el último año supusieron una inyección de 51 millones de euros de beneficio en sus cuentas bancarias. No está nada mal, pero son cifras que quedan bastante ensombrecidas si empezamos a establecer comparaciones más o menos directas.
Otra empresa europea de renombre que se dedica a esto de las motos con bastante éxito es BMW. La división de dos ruedas del gigante alemán de la automoción sigue una estrategia similar a la que está empleando Ducati aunque con un público objetivo un tanto distinto pero también premium, y puso en circulación el año pasado más de 145.500 unidades. Casi el triple.
Si miramos mucho más lejos nos encontramos con que uno de sus rivales directos en el Campeonato del Mundo de MotoGP, Honda, marca todopoderosa a la que Andrea Dovizioso ya ha adelantado en la clasificación general, vendió en 2016 la friolera de 17,6 millones de unidades en todo el mundo. Por su parte, el otro rival al que Ducati está empezando a meter miedo es Yamaha, que vendió en 2015 un total de 5,2 millones de unidades.
Con este breve repaso por las cifras de ventas sobra decir nada más.
Ducati y su forma única de entender las carreras
En Ducati no se presentan a las carreras para ser mera comparsa. Su aterrizaje en el Campeonato del Mundo de MotoGP en 2003 fue el paso lógico pero atrevido de una empresa con un ingente legado en competición con motores de cuatro tiempos, así que lo que hicieron básicamente fue presentar un proyecto que adosaba dos bicilíndricos en L a 90º de distribución desmodrómica para conseguir un cuatro cilindros en L a 90º de 1.000 cc.
Con su primera aparición en el Gran Premio de Japón de 2003 dejaron la boca abierta a todo el paddock, metiendo su Desmosedici en el tercer cajón del podio con Loris Capirossi, justo por detrás de Valentino Rossi y Max Biaggi. Ambos con la todopoderosa Honda RCV.
MotoGP y WSBK son campeonatos paralelos. Ducati cosechó sus mayores éxitos con las motos derivadas de la serie y en 2003 se atrevió a saltar a MotoGP
Su presencia en MotoGP va a cumplir 15 años en los que no han desfallecido, al contrario. Se esfuerzan por seguir avanzando y 2016 con la llegada de un maestro como Gigi Dall'Igna al timón técnico supuso un nuevo acicate para la marca de Borgo Panigale. Quizá, lo más visible y recordado por todos fue su ingente estudio aerodinámico que llevó a la GP16 a convertirse en una moto con múltiples apéndices aerodinámicos.
En 2017, con la prohibición de los alerones, la GP17 busca su camino. Siguen innovando con la aerodinámica, utilizan distintas configuraciones de chasis y parte ciclo, extraños sistemas de escape y una especie de caja en el colín que aún nadie sabe de qué se trata. Los resultados están llegando con DesmoDovi ganando carreras y Lorenzo afianzándose sobre la Desmosedici.
El "proyecto Panigale", orgullo italiano
Y no sólo están centrados en MotoGP. El desarrollo en competición de Ducati jamás ha dejado de lado su esencia: el Campeonato del Mundo de Superbikes. Con 333 victorias después de la última de Marco Melandri en Misano el pasado domingo (póker de orgullo por cierto: moto, piloto, equipo y circuito italianos), 14 títulos de pilotos y 17 títulos de constructores, la marca de Borgo Panigale y el WSBK forman una pareja perfecta.
Parece lejano ya el año 2011 cuando Carlos Checa y su Ducati 1098 se hicieron con el último título para la fábrica italiana, pero no se rinden. A base de constancia, trabajo y determinación están consiguiendo que una moto como la Ducati 1199 Panigale que desde su aparición en el mundial en 2013 siempre ha tenido fama de ser complicada, pueda ser una moto campeona.
A la Ducati 1199 Panigale R le queda al menos una temporada más en competición hasta la llegada de un nuevo y revolucionario modelo V4
La importancia del "proyecto Panigale" dista mucho de ser un segundón para los italianos. En la cita de Misano hemos vuelto a ver cómo en Ducati trabajan muy duro para buscar pequeñas ventajas técnicas, como las pruebas que realizaron con una especie de cubre-llanta lenticular de fibra de carbono para mejorar la aerodinámica de su 1199 Panigale R.
Esta solución que ya testó Michele Pirro en los test de MotoGP tiene tanto ventajas como inconvenientes. Por un lado mejoraría la eficiencia aerodinámica en la parte trasera de la moto, y por el otro la haría muy sensible a la presión del viento lateral y perdería agilidad en los cambios de dirección. En conclusión: se trata de una solución que sólo podrían utilizar en circuitos muy rápidos y sin viento.
La utilidad (o no) quizá es lo que menos importa de todo el asunto. Lo realmente relevante es ver cómo una marca pequeña, modesta, y con un volumen de negocio irrisorio frente a sus competidores mantiene dos proyectos absolutamente viables en la más alta competición.
Que en Misano estuvieran presentes tanto Gigi dal'Igna como Andrea Dovizioso en el garaje rojo y negro del Aruba.it Ducati no es una casualidad. Toda la empresa está volcada con ambos proyectos y los dos (MotoGP y Superbikes) se cuidan por igual.
La singularidad de Borgo Panigale
El caso de Ducati es único en el mundo. Mirando a los dos campeonatos de motociclismo más relevantes a nivel mundial tenemos que Ducati está para ganar carreras tanto en el de prototipos como en el de motos derivadas de la serie. Ninguna otra marca cuenta con un entramado tan sólido en competición a día de hoy.
De sus rivales en MotoGP, ninguno tiene un proyecto ganador en las Superbikes. Yamaha digamos que está a medio gas buscando un proyecto a largo plazo con la YZF-R1, mientras que Suzuki, KTM y Aprilia brillan por su ausencia con la excepción testimonial del fabricante italiano y las RSV-4 del equipo Milwaukee.
El proyecto de Ducati Corse en competición puede sacar los colores a otras marcas si miramos más allá de los números a finales de año
Aunque lo parezca, Honda ni siquiera tiene presencia oficial en el WSBK. El equipo Red Bull Honda WorldSBK es una estructura privada, la de Ten Kate, sin apoyo directo de la marca japonesa más allá de las motos que les llegan sin preparación alguna desde Japón. Seguramente este 2017 tengan más apoyo de Red Bull que de la propia fábrica del ala dorada.
En el caso contrario, Kawasaki tiene un equipo ganador en el Kawasaki Racing Team, un equipo con el único propósito de ganar en Superbikes después de que la firma verde abandonase el barco de MotoGP. BMW y MV Agusta hacen lo que pueden.
El Ducati Team en el Campeonato del Mundo de MotoGP y el Aruba.it Ducati en el Campeonato del Mundo de Superbikes son dos estructuras en las que muchos pilotos querrían militar. Además, en ambos campeonatos la marca cuenta con equipos satélite que no sólo les ayudan a soportar económicamente el proyecto sino que además son una fuente de información y laboratorio técnico.
Pasión por las carreras llevada a su máximo exponente
Lo bonito de todo esto es saber que la única motivación de Ducati para mantener vivo este sueño es la pasión. Pasión por la competición y pasión por ganar a marcas con recursos que pueden parecer infinitos mirando desde su pequeña factoría en Bolonia.
En cualquier caso, el hecho de tener a Ducati tanto como fabricante de motos de calle como protagonista en la más alta competición es toda una suerte que en muchos casos queda menospreciada. Al final parece que sólo cuentan las tablas de tiempos o los resultados a final de año, pero que la 1199 Panigale R y la GP17 estén ganando carreras no es casualidad; es casi una gesta heroica.
A su Superbike aún le queda al menos un año en competición antes de que llegue su sustituta, así que los italianos están buscando la manera de que se pueda mantener competitivo un modelo que ya lleva casi cinco años con la misma base y que está cerca de su máximo potencial.
Se espera que para 2019 se estrene en las carreras el próximo modelo de Ducati, una Superbike que por primera vez en la marca abandona el tradicional bicilíndrico por un tetracilíndrico en uve con distribución desmodrómica tal y como anunció Claudio Domenicali y para el que quizá la Panigale y su llanta lenticular estén sirviendo como laboratorio de aerodinámica.
¿Te imaginas a Ducati haciendo doblete y ganando los títulos de MotoGP y Superbikes en un mismo año?