Bien lo sabes los moteros que el mundo de la moto es muy pasional. Hay personas que llevan el espíritu tan dentro que dedican mucho dinero y tiempo de su vida para dar vida a su propia máquina bajo sus particulares exigencias.
Es el caso de Ronaldo Ferreti, un neyorquino que ha dedicado dos años de su vida a realizar el sueño de su vida para pasear por La Gran Manzana: una superbike Ducati 1098 reconvertida a café racer irreconocible y única.
Un proyecto de dos años encerrado en un garaje
Ronaldi Ferreti es un neoyorquino más al que le gustan las motos. Cualquiera se podría sentir identificado con su espíritu, pues a lo largo de su vida ha tenido nueve motos. Además era ducatista de pura cepa; la última máquina que tuvo en el garaje fue una Monster S2R, aquel mítico modelo con aires de Cagiva que mezclaba el motor de 800 c.c y el basculante monobrazo y el aspecto de la S4R.
Su último capricho le llevaría mucho tiempo: compró una Ducati 1098 original de 2007. Le gustaba mucho, pero en sus planes no estaba mantenerla de serie, ni mucho menos, así que alquiló un garaje comunitario dos semanas después de comprarla para ponerse a trabajar en la 1098.
Se le acabó complicando la cosa, y se le echó el tiempo encima... Acabó dos años después, en abril de este 2023. Al desempolvarla y sacarla del garaje no quedaba nada de la original 1098; había pasado a ser una preciosa café-racer de estilo retro y deportiva.
De la moto original no quedaba mucho. Reemplazó todas las piezas por repuestos originales italianos, y recubrió la moto con una pintura cerámica, dejando atrás el amarillo vistoso de la 1098 para dar paso a un negro clásico con detalles dorados.
Quería imitar a la Ducati Sport Classic GT 1100 S, así que cogió el depósito de una unidad y lo trasplantó en su 1098. Un amigo le ayudó a hacer un subchasis corto, además el bastidor de acero fue recubierto con pintura de polvo dorada.
También recubrió las horquillas delanteras invertidas de Showa con un acabado cerámico oscuro, así como las pinzas de freno Brembo. En la zaga trasera la moto equipa un amortiguador totalmente ajustable de Öhlins y llantas de carbono ligero de BST de Sudáfrica.
La moto montaba originalmente el motor Desmo-Twin refrigerado por agua que daba 160 CV. No ha tocado nada referente al propulsor, pero asegura que llega hasta el final del velocímetro, que marca 190 mph... 300 km/h. "Simplemente potencia bruta", aunque sin ABS ni control de tracción.
Ferreti preparó un sistema de escape y admisión totalmente nuevos y homologados. El sistema de escape es de titanio con revestimiento cerámico, con dos tubos que terminan bajo el faldón trasero de la moto. También fue a Ducati NY para ajustar el control de motor y la inyección.
A nivel de electrónica está muy lejos de la moto de serie de 2007. Para bien, ahora cuenta con una batería de litio más liviana, sistema de arranque sin llave, nuevas piñas más modernas y hasta faros LED con los intermitentes integrados.
El precio y el tiempo que ha dedicado a la moto ahora mismo es inestimable; hecha a medida sin escatimar, será la moto que le acompañe hasta el final de sus días.