No es la primera vez que os traigo una transformación sobre una moto de pequeña cilindrada. Igual que tampoco es la primera vez que comento que para hacer una moto con estilo no hace falta volverse loco con los cromados ni con las piezas más caras del catálogo de cualquier recambista. Basta con tener buen gusto, una idea que seguir y la habilidad suficiente para plasmar esa idea. O en su defecto el dinero y la paciencia necesaria para que quién haga esa transformación la haga tal y como tu la imaginas.
Dauphine-Lamarck es una marca fundada a principios de 2012 en Francia especializada en la transformación de motos de pequeña cilindrada. Y gracias a esa especailización son capaces de hacer cosas como esta Honda 125. La moto original es una Honda CG125. Modelo que se fabricó en Japón desde 1976 hasta 2008. Y que desde las fábricas japonesas ha dominado durante todos estos años buena parte del mundo.
El principal objetivo era conseguir una moto fiable y que no fuera tan llamativa como para que la policía te pidiera los papeles en cada semáforo. La base es una Honda CG125 de 1998, pero de ella lo único que conservan en la esencia. El depósito pertenece a una Honda CG175 de 1975 y el asiento es de una Honda CB50. Todo para conseguir una imagen como la de una pequeña Scrambler. La instalación eléctrica original se sustituyó por componentes Takegawa. El carburador y el colector de escape proceden de una Honda CB750 Four.
Las fotos que nos permiten apreciar el trabajo de Dauphine-Lamarck las ha hecho David Marvier. Si, como yo, piensas que el trabajo es bastante bueno, te recomiendo que explores la web de Dauphine-Lamarck y el Facebook de David Marvier para conocer mejor sus trabajos.
Vía | The bike shed