Probamos las Sportster Iron y Forty Eight, dos Harley-Davidson especiales para celebrar 115 años de historia
Siguiendo con el orden lógico de las cosas en el evento 'Ride, Ride, Slide', el segundo día por tierras croatas nos tocó el turno para subirnos a dos nuevas creaciones de Harley-Davidson. Este 2018 la firma de Milwaukee cumple la friolera de 115 años y para celebrar tan honorable aniversario han creado dos nuevas ediciones especiales de la Sportster: las Iron y Forty-Eight Special.
Las Sportster son los modelos más populares de Harley-Davidson, los más modificados y los más accesibles. El mimo con el que en Milwaukee tratan a sus Sportster reluce pese a que como en esta ocasión, el color predominante sea el negro.
Harley-Davidson Iron y Forty-Eight Special: Estética retro perfecta
Anteriormente ya teníamos en el catálogo de Harley-Davidson una Iron y una Forty-Eight, pero como homenaje a un pasado exitoso la casa americana ha introducido nuevas decoraciones como mayor novedad en sus modelos Sportster.
Por fuera destacan ambas por una pintura en la que el negro le gana el pulso a los cromados. En la Forty-Eight Special los únicos elementos brillantes son la pareja de escapes que salen por el lateral derecho y la tapa de la transmisión en el lateral izquierdo; en la Iron ni eso. Todo se confía al negro para dar un aspecto sobrio y oscuro, perfecto para este tipo de moto.
Por lo demás la Forty-Eight Special introduce a su oferta una rueda delantera gorda, una horquilla más ancha y robustas tijas. La Iron incluye entre su equipamiento estético además una pequeña cúpula que cubre el faro delantero, fuelles en las barras de la horquilla delantera y unas bonitas llantas de aleación.
En el apartado ciclístico hay algunas variaciones más debido su configuración del tren anterior. La Iron es 20 mm más larga entre ejes, cuenta con un ángulo de dirección más cerrado y un menor avance, además de un asiento algo más elevado (735 mm) y un depósito de mayor capacidad con 12,5 litros por 7,9 litros de la Forty-Eight Special.
Pero quizá en las dos lo que más llame la atención sea el fantástico trabajo de pintura utilizado para los depósitos, con un colorido y unas gráficas estilo años 70 que les sientan como anillo al dedo. Sobre todo la Sportster 1200 Forty-Eight queda sublime con el depósito en blanco y las líneas luciendo con orgullo los colores de AMF.
American Machine and Foundry compró Harley-Davidson en 1969 salvando a la firma de una disolución casi segura y poseyendo la compañía hasta el año 1981. No fue una época de grandes productos, pero a cambio AMF sentó las bases de la Harley-Davidson moderna que conocemos hoy y, sobre todo, salvó a una marca que hoy ya es centenaria.
Parte ciclo para disfrutar de la carretera
Ambas motos parten de la misma base, con bastidor de acero del que cuelga un motor bicilíndrico en uve denominado Evolution refrigerado por aire/aceite y con una capacidad de 1.202 centímetros cúbicos que ofrece un par motor máximo de 96 Nm a 3.500 revoluciones.
A diferencia de los Milwaukee Eight que probamos en la gama Touring anteriormente, estos motores sí suenan a Harley-Davidson tradicional. Su sonido es muy similar, ronco, con un gorgoteo que nos recuerda esas pulsaciones desacompasadas y tan inconfundibles de los motores de la firma americana.
Engranamos la primera marcha con un sonoro clonk y salimos a rodar montados sobre la Forty-Eight Special. Su postura es de estilo roadster malote, con los pies en posición avanzada y los brazos hacia delante y ligeramente levantados agarrando el manillar tipo mini ape. Quizá cueste un poco acostumbrarse al llevarlo todo hacia delante pero no resulta una postura para nada cómoda.
El motor es dulce, suave, contundente a bajas revoluciones y escueto en la zona alta. Puro carácter Harley-Davidson genuino en el que no importa demasiado en qué marcha vayas porque siempre habrá par disponible para empujar.
Las vibraciones son las que tienen que ser. Es un motor que transmite carácter, que se mueve al arrancar y que se hace notar entre las piernas, pero con las bondades de la tecnología del siglo XXI para garantizar su correcto funcionamiento. Eso sí, a altas revoluciones, donde no le gusta girar especialmente, lo hace saber.
A nivel de suspensiones se notan motos cómodas, dispuestas a devorar kilómetros a un ritmo constante sin importar el tipo de carretera. El tarado de ambos ejes está configurado de una manera confortable, pero el tren trasero se nota algo seco, especialmente después de haber contado con la referencia de las Street Glide y Road Glide del día anterior.
En el caso de la Iron la postura es mucho más convencional que en la Forty-Eight Special. Los pies van colocados en una posición central y las manos tendidas hacia delante a la altura de los hombros dejando la espalda erguida por completo. Es más cómoda pero tiene una contrapartida, y es que los estribos rozan mucho antes en las curvas.
En lo referente al comportamiento entre la Forty-Eight Special y la Iron no notamos diferencias notables pese a la distinta configuración del tren delantero. Mientras que la Iron lleva una rueda 100/90-19 la Forty-Eight Special equipa una 130/90-16, las dos con buena pisada y, además, pesando lo mismo (248 kg en seco y 256 kg en orden de marcha).
Las distinciones las pone el gusto de cada uno y la posición a los mandos. Aunque bien es cierto que hilando muy, muy fino, la Iron tiene un carácter en movimiento más sosegado, con una dirección algo más lenta que la Forty-Eight Special.
Sí echamos en falta un poco más de mordiente en los frenos. Con un peso que sobrepasa los 250 kg en movimiento y discos simples en ambos trenes no estaría de más potencia de frenado extra, pero sinceramente se trata de unas motos que tampoco te piden buscar los límites de la parte ciclo.
Si tuviéramos que elegir entre estas dos motos sería complicado. Estéticamente la Iron tiene más pegada especialmente en esa decoración all black con los gráficos del depósito amarillos y blancos, pero una vez sobre ellas la postura más gamberra de la Forty-Eight Special es sin duda una gran baza a su favor.
El espíritu de las barras y estrellas hecho roadster
Sí, estas ediciones especiales de la Sportster son motos que vibran, suenan, parece que se van a calar en ocasiones y carecen de protección aerodinámica, pero hoy por hoy son lo más parecido a ese espíritu genuino del motero americano dispuesto a fundirse con la carretera sin importar demasiado el destino.
Además, como ocurre con todas las Sportster, son motos que abren un abanico casi infinito a los amantes de la personalización. El catálogo de accesorios originales (o no) de Harley-Davidson puede convertir cualquier Sportster en una moto
Los precios de estas Sportster tan especiales entra dentro de lo razonable para las motos de Milwaukee, con un punto de partida de 11.480 euros para la Iron y 12.820 euros para la Forty-Eight Special.
Quizá sea por habernos imbuido en la historia de Harley-Davidson o porque cuando nos montamos sobre estas motos nos cambia el chip motero, pero parece sumamente fácil subirte a una Sportster, salir a hacer kilómetros y disfrutar, simplemente disfrutar transportándonos mentalmente a una época en la que las motos tenían mucho carácter y transmitían emociones.
Ahora parece que todas son tan perfectas que ni suenan, ni vibran, ni fallan en nada. Las Harley-Davidson Sportster son todo lo contrario. No quiere decir que sean motos viejas o malas, simplemente que pese al paso del tiempo la fábrica de Milwaukee se resiste a dejar caer el alma de sus motos, y eso tiene mérito en los tiempos que corren.
Harley-Davidson Sportster Iron y Forty Eight 2018 - Valoración
6.6
A favor
- Motor de tacto auténtico
- Posición de conducción
- Estética acertada
- Confort de marcha
En contra
- Cambio tosco
- Vibraciones
- Avisadores rozan pronto
- Freno algo justo
Harley-Davidson Sportster Iron y Forty Eight 2018 - Ficha técnica
Motor | Forty-Eight Special | Iron | |
---|---|---|---|
Tipo | Bicilíndrico en uve refrigerado por aire/aceite | Bicilíndrico en uve refrigerado por aire/aceite | |
Diámetro x carrera | 88,9x96,8 mm | 88,9x96,8 mm | |
Cilindrada | 1.202 cc | 1.202 cc | |
Par máximo | 96 Nm a 3.500 rpm | 96 Nm a 3.500 rpm | |
Compresión | 10,0:1 | 10,0:1 | |
Control de la mezcla y gestión del motor | Inyección electrónica | Inyección electrónica | |
Caja de cambios | Caja de cambios de seis velocidades | Caja de cambios de seis velocidades | |
Transmisión secundaria | Correa dentada | Correa dentada | |
Parte ciclo | |||
Chasis | Bastidor de acero | Bastidor de acero | |
Suspensión delantera | Horquilla telescópica convencional | Horquilla telescópica convencional | |
Suspensión trasera | Doble amortiguador | Doble amortiguador | |
Llanta delantera | De fundición de aluminio | De fundición de aluminio | |
Llanta trasera | De fundición de aluminio | De fundición de aluminio | |
Neumático delantero | 130/90-16 | 100/90-19 | |
Neumático trasero | 150/80-16 | 150/80-16 | |
Freno delantero | Disco con pinzas de cuatro pistones | Disco con pinzas de cuatro pistones | |
Freno trasero | Disco simple con pinza de cuatro pistones | Disco simple con pinza de cuatro pistones | |
Dimensiones y pesos | |||
Longitud | 2.165mm | 2.200 mm | |
Altura del asiento | 705 mm | 735 mm | |
Distancia entre ejes | 1.495 mm | 1.515 mm | |
Avance | 135 mm | 117 mm | |
Ángulo de la dirección | 30,2° | 26° | |
Depósito | 7,9 litros | 12,5 litros | |
Peso en seco | 248 kg | 248 kg | |
Peso con el depósito lleno | 256 kg | 256 kg | |
Precio | Desde 12.820 euros | Desde 11.480 euros |
Los gastos para acudir a la presentación de la Harley-Davidson Sportster Iron y Forty Eight han sido asumidos por Harley-Davidson. Para más información, consulte nuestra política de relaciones con empresas. El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Casco X-Lite X820R, botas Icon El Bajo, guantes Icon Retrograde, pantalones Knox Richmond y camiseta interior térmica Tucano Urbano Igloo.