Uves y ráfagas. Probablemente sea la forma más descriptiva para identificar a alguien que pertenece al colectivo motero (que no motorista). Es el saludo motero por antonomasia; signo de libertad y camaradería que une a moteros de cualquier parte del globo terráqueo. Periódico, irrefutable.
Lo habrás hecho un millón de veces (sin exagerar), y te piensas que es una simple forma de saludar. En el fondo sí, pero tiene cierta historia y un motivo detrás. Hoy lo vas a conocer para que tu próxima 'V' tenga aún más sentido.
Fue un invento de los británicos
Hacer el saludo motero con los dedos en forma de 'V' es algo automático e interiorizado de lo que gozamos los moteros. Nos hace ser parte de algo más que una simple pasión; nos conecta con otros compañeros de ruta aún sin conocerlos; nos recuerda que somos parte de una cultura.
Este gesto de hermandad nos hace descolgar usualmente hacia abajo nuestra mano izquierda y juntar los dedos índice y corazón en forma de 'V'. Ha trascendido incluso a lo escrito, donde muchos firman sus intervenciones en foros, redes y medios con un "V'ss y ráfagas".
Lo pasional trasciende aquí, porque verás a todos los moteros de corazón: da igual la cilindrada, la marca, la nacionalidad o el tipo de moto que lleves. Y luego están los que no se enteran y no te devuelven el saludo, transmitiéndonos esa pesadumbre. No te preocupes, a todos nos ha pasado.
Sin embargo, detrás de todas estas cuestiones más sentimentales y pasionales que otra cosa, hay una historia y un motivo. He leído, y muy a menudo además, que el inventor del saludo motero fue el mismísimo Winston Churchill. No lo fue, aunque sí que tuvo mucho que ver en que fue él quien lo convirtió en costumbre, entre otros.
Tenemos que remontarnos a la guerra de los Cien Años, el conflicto que enfrentó a los reinos de de Francia e Inglaterra y que duró 116 años, del 24 de mayo de 1337 al 19 de octubre de 1453.
La cruenta historia tiene que ver con que los británicos, se dice, amputaban los dedos índice y corazón a los franceses. Un particular castigo con un fin práctico: que no pudiesen coger la espada ni el arco nunca más. Así que los ingleses empezaron a saludar a los franceses con los dedos índice y corazón, a modo de burla y claro, simbolizando la victoria.
Pero, ¿y qué tiene que ver esto con las motos? Nada, hasta que llegase la Segunda Guerra Mundial. El mundo avanzó, no tanto políticamente porque nos sumergimos en otro conflicto. Entonces ya había motos, y tenían un papel primoroso en plena batalla: servir de mensajeros entre los cuarteles del ejército británico, bombardeados.
Era la única forma segura de transmitir información, y los camaradas ingleses retomaban el mítico gesto de la guerra de los Cien Años para animarse y recordarse que no estaban solos. Iba un paso más allá, porque tenía el simbolismo en la camaradería y las motos, creando una unión.
Y aquí es donde entra en juego Churchill. El primer ministro británico tomó la analogía y saludaba a todos sus soldados con la 'V'. El mítico Barry Sheene, también inglés, acabó copiando al político y acuñó el saludo en sus victorias en las carreras de motos. Así que muchos fueron copiándolo en consecuencia, llegando a las carreteras y hasta nuestros días. Y que dure para siempre.