Hemos hecho el Coast2Coast de Triumph: 1.220 km de curvas más allá de la ruta
Recientemente se ha puesto en marcha el Coast2Coast, la primera edición de un evento para clientes de Triumph e invitados que quieran venir con ellos. Formado por un programa de dos días y medio, el Coast2Coast es mucho más que una ruta para llegar del punto A al punto C pasando por el B, es una vuelta de tuerca a los rally no competitivos.
Esta primera edición arrancó en Valencia y terminó en Cascais (Portugal) después de dos días de ruta, pero además de motos, carreteras y curvas hubo muchos más alicientes que convierten a este formato en algo mucho más atractivo como el PuntAPunta de BMW o el Dos Mares de Ducati.
Coast2Coast: Mucho más que una ruta
LLegamos el viernes a Valencia a las instalaciones del concesionario Triumph en la capital del Turia. Allí la organización nos recibió con todo el calor necesario para compensar la intensa lluvia que azotó la península Ibérica durante la peor gota fría de los últimos años. Junto a la recepción, un pack de bienvenida con una mochila, una camiseta, algunos obsequios y, lo más importante: un mapa impermeable.
Con unas buenas viandas para picar mientras esperábamos a todos los participantes que llegaban empapados y con cuentagotas, música en directo y buena compañía, aprovechamos para ir conociendo a los que serían nuestros compañeros de ruta antes de que la organización nos empezase a explicar el modo de participación. Nuestro equipo estaba formado por cinco integrantes de la prensa de motos española: Javier Pérez Rubio (SoyMotero), Borja Arias (Todocircuito), Eduard Fernández (Motos.net), José Benavente (Motorbike Magazine) y un servidor.
El Coast2Coast no es una ruta marcada, ni siquiera es un rally en el que tenemos que elegir los puntos por los que pasar entre la salida y la meta de cada jornada. Durante la noche anterior a cada día de ruta la organización entregó al capitán de cada equipo (de uno, tres o cinco integrantes cada uno) una hoja con una serie de acertijos. Al resolver cada uno encontrábamos el punto por el que debíamos pasar y en cada uno de ellos hacernos un selfie para subirlo a la app online del Coast2Coast para que la organización lo verificase al final de cada día.
Con las pistas resueltas entonces teníamos que localizar los puntos en el mapa y, ¡oh, sorpresa! No hay una ruta clara. La primera jornada presentó una pléyade de una quincena de puntos repartidos por Levante, Aragón, Castilla-La Mancha y Madrid. De ellos teníamos que decidir qué ruta sería la mejor para sumar el máximo número de puntos posibles.
Los checkpoints se repartían entre normales y especiales, por lo que seguir una ruta más larga con menos controles podría ofrecer una puntuación más alta y viceversa, pero teniendo muy presente que entre las 20:30 y 21:30 debíamos llegar al destino en el concesionario de Triumph Madrid en la calle José Abascal o exponernos a una penalización de 20 puntos.
Muchos nervios, muchos cálculos y pocas horas de sueño, a la mañana siguiente ya estábamos dispuestos a salir desde Valencia a bordo de la renovada Triumph Tiger 800 XRT... calados. Las lluvias torrenciales nos empaparon antes incluso de tomar la salida por lo que la organización decidió neutralizar un tramo de 140 kilómetros.
Arrancamos desde Alarcón completamente empapados y... fallando el primer tiro. Nuestra ruta iba a ser bastante conservadora en un inicio y uno de los puntos de control era precisamente el castillo de Alarcón, así que allá que fuimos sin habernos dado cuenta de que debido a su proximidad este punto había sido neutralizado.
El resto de la ruta siguió dominado por una intensa lluvia, incesante y sumamente tediosa. Pero el resto de nuestros puntos de control los clavamos pasando por Belmonte, Mota del Cuervo, Aranjuez y Chinchón. Las otras rutas posibles eran de lo más variopinto, pasando por Teruel incluso o haciendo una parada en las casas colgantes de Cuenca.
Al entrar en Madrid ya de noche un viernes la cosa se complicó, quedando descolgados dos integrantes del grupo no especialmente hábiles en la jungla urbana de la capital, pero llegamos en hora con relativa tranquilidad. y ¡liderando la clasificación general!
Después de unos momentos de satisfacción por un trabajo bien hecho la organización nos soltó la bomba de la segunda jornada. Si la primera nos había parecido complicada, la segunda íbamos a flipar. De una quincena de puntos pasamos a nada menos que 30 entre especiales y normales. Había tres opciones de ruta: Por Ávila y Salamanca bajando hacia Portugal, más o menos rectos hacia Portugal por Toledo y Extremadura o adentrándonos en la zona sur de Castilla-La Mancha antes de subir por Portugal hacia Lisboa.
Segundo día, el plato fuerte del Coast2Coast
El sábado arrancamos sin lluvia (por fin) con una agradable temperatura y mucha carretera por delante. Optamos por la ruta central desviándonos para coger los máximos puntos posibles: A-5 hasta Talavera de la Reina (Toledo) para tomar rumbo sur hacia Puerto de San Vicente, Guadalupe, Trujillo y Alburquerque antes de entrar en Portugal por Marvao ya en Portugal parando en Avis y Lisboa a marcar los preceptivos checkpoints.
Gracias al clima agradable y a una buena dosis de suerte sorteamos la lluvia y, de paso, nos desquitamos con una mañana infinita de curvas por las sublimes carreteras que nos llevaron de Talavera de la Reina hasta Guadalupe, antes de entrar en las infinitas rectas extremeñas.
Ya en Portugal el tiempo se nos echaba encima. Algunos imprevistos a la hora de repostar nos retrasaron demasiado y todavía nos quedaba ruta por delante. Antes de acabar de pagar en Avis porque sólo aceptaban efectivo y no tarjetas conseguimos que dos motoristas autóctonos nos llevaran hasta la Torre de la Reina. Unos personajes que eran como los 'Sons of Anarchy' autóctonos de Avis, muy entrados en años y en carnes montados uno en una Honda NTV 650 tuneada estilo 'The Punisher' intentando hacer caballitos y otro en un scooter Kymco de 50 cc. Dos personajes encantadores que nos llevaron a nuestro checkpoint.
Continuamos directos hacia Lisboa sin tiempo que perder, por autopistas para ahorrar tiempo porque aún nos quedaban 200 km por delante y muy poco tiempo, teniendo que parar en la Torre de Belem antes de llegar al Cascais Market donde estaba el final de la ruta.
Y llegamos, no sin antes perdernos por el camino, entrando en la recepción con más de 1.200 km recorridos en dos jornadas con 10 minutos de margen antes de que se nos impusieran los 20 puntos de penalización. Exultantes, satisfechos y muy contentos por haber finalizado con una gran marca, sabíamos que estaríamos cerca de la victoria.
Desde un primer momento, como equipo invitado, sabíamos que no podíamos optar al triunfo, pero si íbamos era para ganar y a la organización le vino bien. Nuestro rival más directo después de la derrota del primer día salió espoleado a la segunda jornada, y consiguieron batirnos por 90 puntos contra nuestros 87, remontando la puntuación del primer día.
Una merecida victoria que les valió por 1.000 euros en material Triumph y un casco Premier para cada uno. Los segundos clasificados se llevaron 500 euros en material y los terceros 250 euros. Grandes alicientes para llevarse a casa más allá de la experiencia.
El mejor regalo sin duda fue la experiencia del Coast2Coast, y te lo dicen unos que corrieron sabiendo que se volverían con las manos vacías pero no nos importó lo más mínimo. La ruta, el compañerismo y el formato del raid con este aliciente de buscar los puntos de control y planificar la ruta es único, y de único que es, es brillante.
Triumph ha acertado en la gestación de este evento, cuya insuperable organización corre a cargo de Fernando Cueto, Ferdy, y su equipo, responsables entre otros del Distinguished Gentleman’s Ride. Dos días y medio de risas, motos y buena gente que pese a la lluvia y al orgullo herido por no haber ganado nos hacen pensar que queramos repetir para el Coast2Coast 2019.