La Ducati Monster cumple 25 años: repasamos toda su historia en las bodas de plata del monstruo
Hablar de la Monster es hablar de uno de los modelos más exitosos tanto a nivel ventas como a nivel prestigio de Ducati. Con un concepto arriesgado en su creación allá por 1993, la Ducati Monster ha ido creciendo y evolucionando a lo largo de sus 25 años de vida con un resultado muy envidiable.
La Monster cumple en 2018 su vigésimo quinto aniversario y la mejor forma de celebrarlo, además de con las 500 unidades de Ducati Monster 1200 25º Anniversario, es repasando su vida desde que salió al mercado hasta hoy. Un recorrido por la historia de la naked italiana por excelencia.
De diseño en papel a mito viviente entre las motos
Los inicios de los años 90 no fueron demasiado buenos a nivel económico en parte del mundo occidental y en Ducati tampoco estaban en uno de sus mejores momentos. Inmersos en el diseño y lanzamiento de algunos modelos, los diseñadores italianos trabajaban duro para remontar el vuelo, buscando la moto que diese un giro a la situación.
Ese cambio vino de la mano de un encargo hecho a Miguel Angel Galluzzi, que fue retado a crear una moto de costes contenidos y que supusiera algo distinto a lo que llevaban años desarrollando y vendiendo; una táctica que no acababa de hacer que Ducati saliera de una situación financiera incierta.
Tirando de algunas ideas arriesgadas y tomando piezas de aquí y de allá en los almacenes de Borgo Panigale, el resultado fue la Ducati Monster 900 primigenia, la original, la presentada en el Salón de Milán de 1992.
Aquella naked deportiva era algo distinto a todo lo concebido hasta la fecha. Tenía el bastidor de una Ducati 851, motor de la Ducati 900 SS y con una estética totalmente rompedora y minimalista en la que el depósito era su seña inequívoca de identidad. El estilo propio combinado con el carácter deportivo y la sencillez dieron lugar a la naked más famosa y que inició una corriente que persiste hoy en día.
1993, el comienzo de la historia Monster
La Ducati Monster 900 nació en 1993 en solitario, pero rápidamente se convirtió en la hermana mayor de una cascada de motorizaciones casi idénticas exteriormente. La primera de esas hermanas pequeñas en llegar fue la Ducati Monster 600 en 1994, una moto pensada para reducir gastos y ser más económica y fácil de utilizar en el día a día. La gran diferencia era su único freno de disco delantero.
Prácticamente de manera simultánea, la familia Monster volvió a crecer y lo hizo con la poco vista Ducati Monster 400, la menor de todas las Monster comercializadas. Fue una moto que no llegó a España, pensada para reducir los costes y consumos al máximo y que tuvo su principal público en el mercado asiático y Japón, donde las regulaciones de circulación eran más restrictivas que en Europa.
Poco tardó en llegar una solución intermedia. En 1996 apareció en el mercado la Ducati Monster 750 con un motor Desmodue refrigerado por aire de 750 cc con 62 CV de potencia. La Monster 750 se mantuvo equidistante entre sus hermanas, tanto en precio como en prestaciones. El éxito de la Monster 750 no estuvo tanto en sus cifras de ventas, sino en su capacidad para ser la más razonable.
Siglo XXI, la época dorada de las Monster
Con una gama de Monster asentada en el mercado y llenando las arcas de Ducati, las Monster recibieron un primer relevo generacional con la llegada del siglo XXI. El mundo de las motos estaba cambiando y el primer salto adelante fue la adopción de un sistema de inyección de gasolina que ayudó a dulcificar el tacto de las Ducati, hasta entonces algo toscas, y rebajar los consumos.
Confiando en el impertérrito chasis multitubular de acero y con los mínimos cambios estéticos en el exterior, las suspensiones y los frenos recibieron ligeras actualizaciones para mantenerse al día, aunque por entonces sus componentes seguían por encima de la media en lo que a deportividad se refiere.
El primer gran cambio llegó en 2001 con la irrupción de la Ducati Monster S4, un engendro que hizo saltar la banca con una estética de Monster radicalizada a la que se le instaló el motor de la Ducati 916, convirtiéndola en la primera Monster refrigerada por agua y la más potente de la historia con 101 CV.
Después de ampliar la oferta de motores inyectados en la Monster, la gama se reestructuró con la aparición de la Ducati Monster 620ie que sustituía a la 600 y las Monster 800 y Monster 1000, sustituyendo a las versiones 750 y 900 pero manteniendo los motores Desmodue.
Ya en 2003 volvió a enfatizarse el espíritu deportivo de la gama Monster con la llegada de la temible Ducati Monster S4R. Mejorando todo lo visto en la S4, la S4R llevó su motor hasta los 113 CV y adoptó algunas señas de identidad inequívocas como un basculante tubular monobrazo y escapes elevados por el colín. A su imagen se crearon las S2R 1000 y S2R 800, con una estética similar pero componentes más asequibles.
Automáticamente se convirtió en un icono para, sólo unos meses después, celebrar el 15 aniversario de la familia Monster con algo aún más especial. La Ducati Monster S4RS adoptó una decoración tricolor especial pero lo más interesante estaba en su interior, donde latía el motor Testastretta de la Ducati 999 con 129 CV de potencia para 177 kg.
La parte ciclo también mejoró considerablemente para estar a la altura de sus prestaciones con un conjunto de suspensiones multi-regulables Öhlins en ambos ejes y la introducción de un equipo de frenos con pinzas de anclaje radial Brembo pata negra.
La última de las Monster con estética original fue la Ducati Monster 695, una moto con sólo ligeros cambios en la decoración y un motor actualizado que reemplazó a la Monster 620 en 2006, pero que no gozó de una gran aceptación especialmente por algunos problemas mecánicos derivados de este propulsor y sus suspensiones y frenos algo más justos.
El gran cambio de 2008
En 2008 llegó el primer gran salto cualitativo. La Ducati Monster 696 rompió con todo lo establecido hasta la fecha entre los aficionados de las Monster y reinterpretó el concepto con unas líneas mucho más modernas, un depósito anguloso con entradas de aire, un faro que dejó de ser redondo y las salidas de escape por el colín.
A su rebufo legó en 2008 la Ducati Monster 1100, una versión vitaminada de la Monster 696 que además de una mayor potencia y par motor utilizó componentes de mejor calidad y basculante monobrazo, al que posteriormente se sumó la Ducati Monster 1100 S con suspensiones Öhlins, menos peso y una estética distinta, y la Ducati Monster 796, a medio camino entre los dos extremos.
En 2010 la historia de las Monster se siguió forjando y, en esta ocasión, Ducati comenzó a introducir en sus modelos su tecnología más avanzada con el Ducati Safety Pack, con frenos ABS y las primeras iteraciones del control de tracción.
La última generación se reencuentra con sus raíces
En el Salón de Milán de 2013, coincidiendo con los 20 años de las Monster, Ducati presentó la Ducati Monster 1200, un punto de inflexión en su historia. Apartándose de las críticas a la generación anterior, Ducati creó una moto más moderna en su interior pero al mismo tiempo más clásica en su exterior.
El depósito recuperó parte de las líneas originales de las Monster, así como el colín y el guardabarros delantero, para conseguir una moto que fuera más del gusto de todo el mundo. Como curiosidad, la Ducati Monster 1200 se presentó con un portamatrículas colocado en el basculante y pegado tras la rueda trasera, pero no gustó y fue suprimido poco después a una posición convencional.
Este nuevo modelo abrazó la nueva hornada de propulsores de Borgo Panigale con el Testastretta 11º en su interior de 1.198 centímetros cúbicos. Las versiones Monster 1200 y Monster 1200 S fueron presentadas al mismo tiempo, variando en los componentes de sus suspensiones y también en la potencia con 135 y 145 CV respectivamente.
Un año más tarde llegó la Ducati Monster 821 como integrante razonable de la familia Monster y un año después la radical Ducati Monster 1200 R. Además de los descomunales 160 caballos y 13,4 kgm de par motor, la 1200 R trajo consigo algunos cambios estéticos que la última generación de Monster 1200 estrenada en 2016 ha heredado, como el escape doble por el lado derecho o el colín estilizado y sin asas.
En 2017 apareció la Ducati Monster 797, mucho más sencilla, con 75 CV procedentes del motor Desmodue de las Scrambler 800 pero con los mismos atributos estéticos que el resto de su familia. Por último este 2018 ha nacido la segunda generación de Ducati Monster 821, una moto más equilibrada que equipa los cambios estéticos de la Monster 1200 y un apartado electrónico que ya quisieran muchas.
Llevamos 25 años de Monster, pero todo apunta a que aún les queda camino por recorrer. ¡Larga vida a las Monster!