El objetivo de Jorge Lorenzo de hacer de la Ducati una moto campeona está costando más de lo que se pensaba. Después de su primer podio con Ducati en la pasada carrera de Jerez, Jorge Lorenzo llegó al Gran Premio de Francia con ganas de comerse el mundo y repetir la hazaña. Sin embargo, el fin de semana en Le Mans fue mucho más complicado de lo que se esperaba.
Los entrenos en el circuito francés no pudieron ser más nefastos para el piloto de Borgo Panigale. Tras unas sesiones libres muy sufridas donde su mejor posición fue la décimo quinta, Jorge terminó por clasificarse décimo sexto. A pesar de ello, Jorge logró salvar el los platos con una sexta posición en carrera remontando la friolera de diez posiciones.
"He sido contante y no he cometido ningún error"
"La diferencia con el ganador ha sido muy grande, pero hemos tenido un ritmo constante y sin cometer errores"
El piloto continúa dando pasitos hacia delante con la marca italiana. Aunque muchos esperaban verlo arriba desde la primera carrera de Catar, la adaptación a una moto tan distinta a su forma de pilotar no es algo que se consiga de un día para el otro. Tras el podio de Jerez se pretendía que Jorge volviera a deleitar con otra actuación parecida, sin embargo, al de Mallorca le tocó sufrir.
Si le hubieran ofrecido el sexto puesto en carrera después de la clasificación del sábado, no habría duda de que Lorenzo lo habría firmado sin pensar: “Teniendo en cuenta la posición de salida, mi ritmo en el Warm Up y el poco tiempo que he tenido para adaptarme a las circunstancias de la pista, podemos decir que no ha sido una mala carrera para nosotros".
El 99 salía desde la sexta fila de parrilla y tras la primera vuelta de carrera ya había ganado tres posiciones. A partir de ahí comenzó la "operación remontada". Poco a poco fue quitándose pilotos de encima hasta llegar a la séptima posición, la caída de Rossi en la última vuelta le permitió subir un último lugar.
"Es verdad que la distancia respecto al ganador ha sido muy grande y que en algunos puntos del circuito perdíamos mucho, pero en general el ritmo ha sido muy constante y no he cometido ningún error. Hemos acabado en una buena sexta plaza, la segunda mejor posición después del podio de Jerez", explicaba el mallorquín. Jorge se encuentra ahora octavo en la general con 38 puntos.
El equipo italiano se encuentra desde el lunes en Montmeló en un test privado que terminará hoy. Allí, Ducati está trabajando en los puntos débiles para ser más competitivos en la próxima carrera de Mugello, donde además se le sumará el plus del cambio de neumáticos que tan poco le gusta a Jorge Lorenzo.
La incógnita de los neumáticos en Mugello
El próximo Gran Premio de Italia, que se celebra del 2 al 6 de junio en Mugello, se presenta movidito. Michelin llevará nuevos neumáticos, un "híbrido" entre la carcasa más rígida de 2016 y los compuestos de este 2017, por el que Lorenzo se ha mostrado preocupado. El español está en pleno proceso de adaptación a una moto y este tipo de cambios suelen ir a mal.
Cuando se trabaja para poner a punto una moto, cualquier cambio externo puede hacer retroceder tres pasos, por eso, Jorge ha sugerido a la fábrica de nuemáticos que, al igual que se cambian los neumáticos por reclamo de muchos pilotos, aquellos que prefieren quedarse con los que usan actualmente puedan utilizarlos. Algo a todas luces imposible.
Habrá que esperar para ver cómo encara Lorenzo los primeros libres de Mugello, si ese cambio de nuemático frena la progresión con la Ducati, o por el contrario y para sorpresa de Jorge, la Ducati responde bien y suma así otro paso hacia delante.
Fotos | Ducati Press
En Motorpasión Moto | GP Francia