
A priori, la Iglesia y las motos no tienen mucho que ver. Quizá sí con los coches, pues el Papamóvil ha sido el símbolo de movilidad del Papa durante décadas. Lo que pocos saben es que con las motos también han tenido cierta relación.
El Papa Francisco ha fallecido. El Vaticano está de luto. Pero un buen día en la historia en la que la institución religiosa y una famosísima marca de motos unieron sus caminos; no podía ser otra que Ducati.
La Segunda Guerra Mundial y el Vaticano: así empezó a hacer motos Ducati
Las motos y el Vaticano no tienen demasiado que ver. Al menos no ahora. El Papa Francisco ha fallecido, y uno de sus símbolos fue el Papamóvil, como el del resto de Pontífices.
Pero nunca hemos visto uno rodando en moto, aunque sí que han bendecido innumerables de peregrinos en la Plaza de San Pedro. Hasta Pecco Bagnaia le hizo un regalo con motivo del 120 aniversario de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). Incluso tuvieron en su haber alguna que otra Multistrada 1200 que le regaló la marca. Pero hasta esa anécdota llegan sus relaciones con las dos ruedas.
Sin embargo, motos y Vaticano tuvieron mucho que ver en tiempos pasados. La historia se remonta a 1926, año en el que nace Ducati. Antonio Cavalieri Ducati, Carlo Crespi y tres hijos fundaron Ducati con el segundo apellido de Antonio. Pero no nacieron como una fábrica de motos, sino de aparatos de radio.
Solo una década después de nacer, en 1936, tuvieron un gran inversor: el Vaticano. Se dice que por aquel entonces compraron una participación mayoritaria de la marca, pero sin especificar cuánto. Hay quienes dicen que llegaron a poseer hasta la mitad. No se sabe el motivo de aquella inversión, pero entonces el Papa Pío XI quería apoyar la industria italiana que pronto caería en desgracia con motivo de la Segunda Guerra Mundial.
Lo hicieron a través del IOR (Istituto per le Opere di Religione, también conocido como el Banco del Vaticano), y colocaron fondos en varias empresas italianas para potenciar su economía. Entre ellas, Ducati.
La operación tenía sentido, pues la familia Ducati era ciertamente católica, y por entonces, buscaba sostener empresas italianas estratégicas, pero también esperaba un retorno financiero, claro. Aunque no llegaron a controlar la marca en ningún momento, sí que fueron importantes en el tejido empresarial de la marca.
Precisamente en la posguerra Ducati empezó sus ansias de expansión. Fue en el 1946 cuando los de Borgo Panigale empezaron a trabajar con motos, y empezaron a producir en la fábrica el Cucciolo, la primera moto italiana.
De hecho, la aventura de Ducati y el Vaticano duró unas cuantas décadas, concretamente hasta 1967, momento en el que vendieron sus acciones a otro grupo italiano, Ceat, una empresa de neumáticos que también empezó a operar en la década de los años '20, como Ducati.
El vínculo fue temporal. A medida que Ducati crecía y pasaba de mano en mano (desde el Estado italiano hasta grupos privados, pasando por Cagiva y el fondo estadounidense TPG) la participación vaticana se fue diluyendo. Para los años '70 ya no quedaba nada de aquello.
Hoy en día esa historia descansa lejos, muy lejos. Actualmente Ducati es parte del grupo Volkswagen (bajo la marca Audi).
Imágenes | Ducati