Tras un Gran Premio de la República Checa donde las gomas Michelin trajeron de cabeza a bastantes pilotos como por ejemplo Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, conviene preguntarse si el producto está en buenas condiciones para el próximo Gran Premio de Misano, que se disputará nada menos que a escasos kilómetros de la ciudad natal del actual líder del mundial, Valentino Rossi, quien además viene de una fructífera racha de resultados que deben haber fortalecido su moral veinte o treinta puntos, si no más.
El problema de las Michelin en el pasado Gran Premio preocupa. Al menos en las carnes de los dos pilotos españoles que en la primera fase de la temporada parecían señalados a disputarse el mundial, ya que Stoner no parecía capaz de arrancar en cuanto a resultados, y además, al fin y al cabo, Rossi venía de una sequía poco prometedora.
Ahora, el que parecía resignado a esperar errores de los rivales tiene ya un terrenito de ventaja en puntos que no se le debe dar. No puedes poner la carne en la boca del león y pretender comer tú más que él. Rossi saldrá a por todas con sus anteriormente criticados neumáticos Bridgestone, pero que parecen la pieza que le puede dar alas a la hora de conseguir su enésimo mundial. La pregunta es recurrente y algo aburrida, ¿rendirán al máximo nivel los neumáticos Michelin este fin de semana?