Hasta 1980 la sección de motos de BMW era, comparativamente hablando, poco más que una pequeña tienda. Con los japoneses dominando el mercado, el futuro del motor bóxer parecía poco halagüeño. Todo esto cambió de golpe cuando la marca presentó la R 80 G/S como la mas grande y mas dura moto de serie dedicada al enduro. Yamaha con su XT 500 y Honda con la XL 500 (ambas monocilindricas) habían dado el paso hacia este tipo de motos hacia poco.
Pero existía una necesidad en el mercado de más prestaciones, más tecnología y más cilindros. Con su motor, ya probado en las R 80/7 de carretera, amplios recorridos de suspensiones y transmisión final por cardan casi sin mantenimiento rápidamente se asoció la imagen de la moto a la de libertad y aventura, la moto perfecta para el motorista perfecto.
En 1987 apareció la R 100 GS de casi un litro de cilindrada. El motor tenía mucho más par y torque, y la más importante innovación de la marca, el sistema Paralever. Eliminando así el molesto efecto que provocaba que se levantara la parte trasera al iniciar la marcha. A pesar de esto, el mote de Vaca de Goma ha llegado hasta nuestros días. Esta moto era la puesta en producción del prototipo que llevó a Gastón Rahier a ganar el Paris Dakar de 1987.
El modelo, que, convenientemente reformado y actualizado, podemos encontrar todavía hoy en el mercado sigue siendo todo un súper ventas de la marca. Largamente asociada a la imagen de calidad y fiabilidad.
Vía | Motorrad