A mi siempre me habían dicho que la felicidad de un motero se mide por la cantidad de mosquitos y otros insectos que lleva pegados en el casco cuando acaba una jornada de ruta, pero lo que nadie me había dicho nunca es que para ser el motero mas duro del condado tendría que merendarme literalmente hasta las avispas. Y eso que he tenido algún encuentro con ellas y siempre han dejado su tarjeta de visita en forma de una ristra de picotazos. No quiero imaginarme si en vez de comértela te picara en la boca o en la cara mientras conduces con un casco abierto de esos tan al estilo Harley.
Bromas aparte, Harley tiene muy claro que sus usuarios son tipos duros, aunque entre semana sean médicos u oficinistas en cuanto montan en su moto de acero americano se transforman. Un estereotipo que muy pocas chicas rompen, y eso que cada vez te encuentras mas y mas chicas en moto cuando sales un domingo a hacer curvas.
Vía | Oliepei.nl