Si sus hermanas menores se han actualizado, las Triumph Tiger 1200 no iban a ser menos y para 2018 sus seis variantes se vuelven a colocar como uno de los modelos trail más capaces para afrontar viajes largos sin más preocupación que dirigirse hacia el horizonte.
Hasta un centenar de mejoras se han introducido en cada uno de los modelos, pero destaca sobre todo una rebaja de en el peso final, la tecnología vanguardista, el motor replanteado y una imagen más moderna sin perder ni un ápice del carisma típico de las trail británicas.
Triumph Tiger 1200: de Hinckley al fin del mundo
Por fuera la Tiger 1200 refuerza su imagen de familia con una estética aún más parecida a la 800 (o la 800 a la 1200). La carrocería es más moderna a la par que elegante y las ópticas LED le dan un toque futurista a juego con los gráficos de nueva factura.
En el interior de la Tiger 1200 late un corazón tricilíndrico en línea que se ha rediseñado por completo. Sus 1.215 centímetros cúbicos producen unos generosos 141 caballos y 122 Nm de par motor con unas curvas de potencia adaptadas para una entrega contundente a bajas y medias revoluciones así como un sonido de escape más Tiger que nunca.
Además de un chasis tubular de aluminio con geometrías revisadas, la parte ciclo también incorpora un equipo de frenos Brembo y suspensiones WP regulables de manera electrónica a través del sistema de suspensión semi-activa de Triumph.
Cuando la anterior generación de Tiger 1200 apareció en el mercado se convirtió de inmediato en uno de los referentes en cuanto a tecnología aplicada a la conducción. En 2018 su equipamiento digital vuelve a cambiar para adoptar los nuevos faros con iluminación adaptativa, pantalla TFT a color, mandos retroiluminados, cambio semiautomático bidireccional y arranque sin llave.
La plataforma de medición inercial IMU llega a las Tiger y actúa sobre el ABS en curva y sobre el control de tracción a través del acelerador electrónico para ofrecer una experiencia de conducción más segura y menos intrusiva. También incluye asistente de arranque en pendiente.
Además, como de costumbre hay varios modos de conducción para adaptarse a las condiciones del terreno o el tipo de conducción que vayamos a hacer, incluyendo en los modelos XC el modo Off-Road Pro para los más habilidosos fuera del asfalto.
Manillar y asiento son regulables y junto a las estriberas se ha replanteado la postura para reforzar la comodidad a sus mandos, complementada además por unos nuevos puños calefactables con mandos integrados y una pantalla regulable eléctricamente.
Los ingenieros de Hinckley se han afanado para rebajar uno de los puntos flacos del modelo anterior: el peso. Trabajando sobre cada uno de los componentes del motor, del chasis y del escape (ahora de titanio) han logrado recortar hasta en 11 kg la cifra que la Tiger 1200 arroja sobre la báscula. Ahora la 1200XR pesa 242 kg en seco y las XC, algo más pesadas, 248 kg.