Con diez años de solera a sus espaldas, las GS de la serie F han ido creciendo y lo han hecho de una manera más que apropiada. Ahora ha llegado el momento de que afronten una renovación en profundidad que les hará ganar todavía más enteros en el segmento de las trail más aventureras.
En BMW han tomado la decisión de actualizar tanto la F 750 GS como la F 850 GS y lo han hecho de manera integral, no limitándose a darles un lavado de cara. El resultado es claro, con un motor y un chasis nuevos acompañados de otros cambios interesantes.
Corazón y esqueleto renovados para continuar con la aventura
Llegados a este punto, en BMW decidieron que un repaso superficial no era suficiente para continuar estirando el chicle y esta renovación en profundidad es su respuesta a ello. Para llevarlo a cabo las dos partes principales de la moto fueron concebidas de nuevo, tanto su propulsor como su bastidor.
El nuevo motor de las F GS tenía como misión aumentar las cifras de potencia y par y en esta nueva versión alcanza unos valores nada despreciables. Con una cilindrada de 853 c.c. ofrece 77 cv a 7.500 rev/min en la F 750 GS. Si nos vamos a la versión superior, la F 850 GS llega a los 95 cv a 8.250 rev/min, lo que supone una potencia más que suficiente si tenemos en cuenta su uso por pistas no asfaltadas.
Los ejes del cigüeñal tienen un desplazamiento de 90º que sumados al intervalo de ignición de 270º hacen que el sonido del motor alemán sea característico. Para trabajar en eliminar la mayor parte de las vibraciones posibles, los dos ejes de equilibrado han sido diseñados a conciencia.
El embrague anti-rebote con asistencia para disminuir la fuerza necesaria en la maneta unido a una caja de cambios con seis marchas hacen que las F 750 GS y F850 GS tengan una conducción divertida y aprovechable.
En cuanto a la electrónica, las dos motos alemanas tienen un paquete básico que viene de serie. En esta electrónica estándar, se podrán seleccionar los modos de conducción Road y Rain, que influyen en los niveles de control de tracción y respuesta del motor. Si no nos vale con tener estos dos modos a mano, siempre podremos equipar el paquete opcional con los modos Pro. Además, ambos modelos cuentan con ABS, como no podía ser de otra manera.
El bastidor de las dos F GS cuenta con la rigidez que aporta el motor como arma para mejorar su comportamiento dinámico. Preparado para enfrentarse a terrenos duros como los propios del offroad, tiene partes soldadas y embutidas. Gracias a su forma y a su carrocería que además incrementa la protección frente al viento, las dos motos alemanas tienen una presencia agresiva y deportiva.
Uno de los puntos fuertes de ambos modelos es el gran catálogo de equipamientos opcionales que BMW dará a todos los que estén interesados en subirse a cualquiera de ellas como propietario. Desde asientos de distintas alturas, ajuste electrónico de las suspensiones, ópticas distintas a las de serie que son de tipo LED o sistemas de conectividad, podremos personalizar tanto la F 750 GS como la F 850 GS en base a nuestro gusto… y a nuestro presupuesto.