Estamos acostumbrados a que de vez en cuando las marcas de motos pongan sobre la mesa la buena costumbre de las llamadas a revisión. Detectando fallos y asumiendo los costes, un breve paso por el taller oficial de las monturas puede evitar sustos a la marca en cuestión evitando problemas o incluso accidentes a sus clientes.
El último gran aviso técnico lo protagoniza BMW, pero es algo mucho más gordo que una llamada cualquiera. Con más de 150.000 motocicletas afectadas repartidas entre las BMW R 1200 GS y BMW R 1200 GS Adventure fabricadas entre noviembre de 2013 y junio de 2017, el buque insignia de la fábrica alemana tiene un problema técnico a nivel global.
Llámalo campaña, no lo llames revisión
Lejos de ser cuestiones puntuales, los propietarios del modelo más popular de BMW en todo el mundo irán recibiendo una invitación a lo que han llamado campaña de servicio en el que solucionarían los posibles desgastes en el tren anterior e, incluso, la rueda delantera.
El problema subyacente reside en los tubos de la horquilla Telelever que pueden verse afectados por un sobre-esfuerzo como un gran bache en carretera o una piedra en conducción offroad que pueden devenir en un fallo de la suspensión delantera y comprometiendo el comportamiento de las GS a causa de holguras en la parte alta de las botellas.
Por desgracia y a diferencia de las llamadas a revisión, en esta campaña sólo se sustituirán las piezas que muestren síntomas de desgaste, ahorrándose unos eurillos si no hace falta sustituir las piezas que se encuentren en buen estado, pero sin garantizar que los síntomas no puedan aparecer en el futuro.
Curiosamente, esta campaña ha sido forzada en cierto modo por parte de la web BMWFatalFlaw.com, donde un grupo de propietarios de GS reportaron testimonios y fotos de fallos en las suspensiones delanteras de sus motos.