Hace ya algún tiempo que mi compañero Fausto nos traía la noticia sobre la posibilidad del cambio de fecha del Gran Premio de Australia, tema que se sigue tratando desde Qatar. Aunque más que una posibilidad parecía una exigencia de Dorna, pese a tener un contrato firmado con la organización del circuito. Ambas partes están cargadas de razón; en Australia se juntarían demasiadas competiciones (Fórmula Uno, SBK y MotoGP) en poco tiempo lo que podría hacer que los espectadores tuvieran que elegir entre una carrera u otra. Y por otro lado Dorna, pero ¿qué argumentos les mueven para pensar en el cambio?
Vale, el –mal– tiempo tal y como decían. En realidad el temporal de bajas temperaturas y lluvias de la temporada pasada les ha servido como excusa para sus peticiones. Digo como excusa por que pienso sinceramente que hay también otros intereses, unos económicos muy apetitosos para cualquier empresa. Pensemos en el tinglado que monta MotoGP allá por donde pasa, en los servicios que pone a disposición del público –sobre todo al público con pasta, seamos claros– y en las posibilidades de explotación de un lugar como el parque natural de la isla.
El entorno del circuito es simplemente espectacular. Naturaleza en estado puro y distinta a la que estamos acostumbrados en el viejo continente. Imaginemos por un momento el partido que se puede sacar en verano de un lugar como éste, tanto los aficionados comunes como los que se pueden permitir un pase, por ejemplo, al MotoGP VIP Village. Más todavía si en Europa estamos congelados de frío y tenemos la posibilidad de unir vacaciones y afición en un sólo viaje. Evidentemente a Carmelo Ezpeleta y compañía no se les escapan estos detalles y hacen lo que pueden para lograr más ingresos, tal y como haría cualquier otra compañía.
Sólo tenemos que echar un vistazo a lo que supone en Superbikes. Los pilotos llegan semanas antes a Australia y no precisamente para ponerse a rodar con sus equipos –que también, pero más tarde–. El sol suele acompañar y muchos equipos aprovechan para pasar unos días de vacaciones en la playa. Joan Lascorz y Carlos Checa aprovechan para hacer surf, para salir de cena con sus mecánicos y amigos etc… La primera Ronda es lo más parecido a una reunión de viejos compañeros de clase donde el menos popular –Lascorz hace tres años– puede encontrarse con el más admirado –Troy Bayliss– en una gasolinera y aprovechar para hacerse una foto con el como si fuera un turista más.
Y la parte de razón para Dorna, obviando lo económico, viene con el espectáculo. Un asfalto seco es sinónimo de apuradas de frenada y conducción al límite lo que se traduce en el entretenimiento del espectador, nosotros. Por lo tanto no puedo dejar de desear que ambas partes lleguen a un acuerdo que coloque el GP de Australia en una época más agradable pero alejada de otros eventos de motor, dando un respiro a los aficionados y regalándoles carreras entretenidas en uno de los mejores trazados del calendario. Después de todo, están condenados a entenderse.
Y os animo a opinar tanto en los comentarios como en redes sociales como Twitter. ¿En qué creéis vosotros que se basan en Dorna para pedir este cambio? ¿Espectáculo, intereses económicos o una mezcla de los dos?
Foto vía | Flickr
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