Menudo final de verano han tenido los Mossos d'Equadra. La policía catalana ha cazado a dos moteros en los últimos días del mes de agosto, y han sido dos cazadas de las buenas, de las gordas. Una ha sido a una Yamaha MT-09 y la otra a una Yamaha YZF-R1.
¿Quién se lleva la palma? El de la Yamaha R1. Más que un conductor parecía un piloto de MotoGP, rozando los 250 kilómetros por hora en una carretera limitada a 90. La sorpresa ha venido después para este pseudopiloto, que ha cometido un presunto delito.
Dos Yamaha y un mismo destino: el juzgado
La operación salida del verano siempre deja alguna cazada épica. En pleno bullicio del tráfico y desplazamientos, las autoridades aprovechan para hacer controles y radares para cazar a los que más prisa tienen. Y estos dos han caído con todas las de la ley.
El 31 de agosto, justo al cierre del mes, un radar en la N-260, conocida como el Eje Pirenaico a su paso por el término municipal de Montferrer i Castellbó (Lleida), pilló a un motorista con una Yamaha MT-09 a 201 km/h, cuando la carretera estaba limitada a 90 km/h. Eso es más del 100% de la velocidad permitida.
A este en concreto, según han anunciado los Mossos, le han abierto una denuncia penal por exceder en 111 km/h la velocidad máxima. No solo 600 euros de multa, sino que se enfrenta a perder seis puntos del carnet, además de un proceso penal que podría conllevar penas de prisión de tres a seis meses, y la posibilidad de perder el carnet entre uno y cuatro años.
Y ahora viene la gorda, la más grave. En una carretera de dos carriles en Manlleu (Barcelona), los Mossos trincaron a una Yamaha YZF-R1 de 201 CV a 249 km/h en una zona limitada a 90 km/h. Mismo delito, mismas consecuencias; ahora será el juez quien determine las posibles sanciones.
Tengamos en cuenta que ya es "muy grave", según la ley, todo lo que supere los 161 kilómetros por hora en zonas de 90. Pasarse en 100 km/h son palabras mayores, y en caso de tener antecedentes, lo más probable es acabar en prisión por darle demasiado al mango encima de la moto.