Llega la hora de partir del concesionario Harley Davidson Asturias, que amablemente nos cedió una de sus unidades de pruebas. Nos sentamos a los mandos de la Harley Davidson Dyna Fat Bob y comprobamos que la ergonomía está muy conseguida. Quizás más para la gente un poco más bajita que yo porque las piernas me quedaban un poco más flexionadas de la cuenta pero por el contrario, me permitía aprovechar sin problemas todo el radio de giro del manillar (que por cierto es muy amplio y te permite minimizar el número de maniobras en parado). El pequeño respaldo del asiento viene muy bien para empujar con los riñones cuando intentamos moverla hacia atrás ya que no es sencillo hacer rebotar la horquilla.
Giramos el conmutador de encima del depósito y pulsamos el botón de arranque. Después de dos o tres pistonadas muy fuertes y espaciadas, el bicilíndrico cobra vida y casi lo hace literalmente porque parece que se vaya a ir el solo por ahí. Las vibraciones (pulsaciones para los más puristas) son perfectamente perceptibles y ahora me doy cuenta de por qué a la Harley Davidson Night Rod Special y a su motor Revolution no le tienen mucho cariño. Aquel apenas se sentía en marcha, todo lo contrario que el Twin Cam 103, que siempre está ahí.
Apretamos el embrague y notamos un tacto muy suave pero a la vez, uno de los mayores inconvenientes que más me incomodó durante la prueba: la distancia entre el conjunto puño-maneta y los espejos retrovisores es muy escaso y si tienes la mano grande o bien utilizas unos guantes con protección en los nudillos, estarás rozando continuamente. Menos mal que la solución es de lo más sencilla gracias al extenso catálogo de accesorios originales.
Ponemos primera (¡clonk!) y nos ponemos en marcha de una forma muy suave y sin los típicos coceos en bajas vueltas de otros motores en V. Sólo notamos las vibraciones del motor a las que, a estas alturas, ya estaremos acostumbrados. No es extremadamente ruidosa y el cambio es muy suave aunque prácticamente podemos circular en segunda y tercera por toda la ciudad pues en los giros más acusados, podremos acelerar sin traqueteos ni dudas en el propulsor. A pesar de no ser nada ligera (unos 320 kilos en orden de marcha) el asiento tan bajo nos permite moverla sin dificultades. Un poco de fuerza en las punteras del manillar y ya la tenemos desplazada hacia donde queremos.
Poco a poco enfocamos hacia carreteras más despejadas aunque en los últimos semáforos y ya con el motor en el rango óptimo de temperatura, el calor que desprende el sistema de escape se deja notar en la pierna derecha. Hay que tener especial cuidado en no arrimarla a ellos porque a pesar de contar con un protector, nos podemos quemar después de que nuestros pantalones hayan hecho lo propio.
Ya en carretera, la Harley Davidson Dyna Fat Bob nos invita a circular con relativa calma. Su poca distancia al suelo no nos permite entrar muy alegre en las curvas ni su limitado recorrido de suspensión permite apoyos muy fuertes, pero desde un principio hay que tener claro que esta moto precisamente no es para eso. Sin embargo, si permite enlazar curvas sin ninguna dificultad, remando de nuevo con su plano manillar.
Varias veces me di cuenta que no sabía ni en que marcha circulaba ya que el motor es muy progresivo y lleno de par desde la parte baja hasta los tres cuartos de rango de utilización. A partir de ahí, lo mejor es cambiar a una marcha superior. Notaremos que potencia tiene de sobra para movernos sin problemas y a nada que nos alegremos apurando marchas, empezaremos a entrar en el rango de velocidades en las que nos costará puntos y algún que otro disgusto. Es si, hay que enroscar el puño del gas con ganas ya que tiene mucho recorrido.
Llega la hora de pararla y notaremos que no andamos muy sobrados de frenos. El tacto del freno trasero no me acabó de convencer. Quizás esperaba algo más de progresividad ya que es el que de verdad para la moto. El delantero es testimonial y sirve de mero apoyo. No me dio excesiva confianza a lo largo de toda la prueba.
Las vibraciones del motor en marcha son correctas y se notarán, sobre todo en los pies aunque aumentan cuando reducimos marchas. Olvidaros de reducir a la vez que frenáis fuerte a no ser que el motor esté muy bajo de vueltas porque si no, el bloqueo en el tren trasero lo tenéis más que asegurado. Y de nada sirve dar un golpe de gas. Las grandes inercias internas del motor solo sirve para agravar la situación.
De momento, no ha estado mal. El chasis Dyna Harley Davidson Fat Bob en las curvas de Asturias no se ha portado mal. Veremos mañana qué tal lleva los ritmos constantes por autopista y cómo nos trata al pasajero.
Continuará...
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