La crisis está en boca de todos, y motos como la que hoy probamos son sin duda una de las mejores opciones para los que buscan una solución al tráfico urbano sin tener que gastar demasiado en la compra y en su posterior mantenimiento.
No se trata de una scooter de 125 como tal vez penséis, sino de la YBR 125 SP Classic, una moto que deriva de la YBR 125 normal pero bajo un aspecto más “chopero” que recuerda a la mítica Special. La Yamaha YBR 125 SP Classic es una moto cómoda, perfecta para iniciarse en el mundo de las motos de marchas.
Aunque a priori no es este el estilo de motos que me gusta, admito que durante la semana que la estuve probando mis impresiones respecto a ella cambiaron mucho. Al principio no le veía demasiado sentido a esta evolución de la YBR normal, pero poco a poco fui entendiendo que hay un público bastante amplio que preferirá la comodidad de este modelo frente a la versión normal.
Su aspecto es 100% clásico. Formas sencillas, faro redondo, manillar de tubo alto retrasado hacia atrás, un portaobjetos metálico en la parte trasera… La gente que no sabe mucho de motos piensa que se trata de una moto de mayor cilindrada, y es que la SP Classic bien podría pasar por una 250 del estilo.
Las estrechas llantas son de 18 pulgadas en la delantera y 16 en la trasera, y ambas tienen seis palos y van pintadas en negro. El pequeño diámetro de la horquilla delantera, el disco de freno de 245 milímetros de diámetro o al tambor de la parte trasera son síntomas inequívocos de que no vamos a correr en exceso…ni aunque nos lo propongamos.
El cuadro de instrumentos es muy tradicional, con dos relojes y unas cuantas luces que nos informan de lo más esencial. En una esfera se nos informa de la velocidad y en la otra de las revoluciones. Un cuentakilómetros total y otro parcial, un indicador por aguja del nivel de gasolina y los indicadores de punto muerto, intermitencia, fallo en el motor y avisador de aceite forman la instrumentación de la YBR 125 SP Classic.
El desgaste de la unidad de pruebas no estaba siendo el habitual, ya que con los escasos 800 kilómetros que aparecían en el cuentakilómetros cuando la recogí, los iconos de luces largas y cortas de la piña izquierda casi no se veían de lo gastados que estaban. Esto es algo poco habitual en las motos de la marca japonesa, y puede que se debiese a un roce excesivo durante su traslado o algo por el estilo.
Mañana más…