Zen y motocicletas, o cómo hacer de la paciencia un arte

Zen y motocicletas, o cómo hacer de la paciencia un arte
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En el libro de Robert M. Pirsing, Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta, hay una afirmación muy interesante: Si la máquina produce tranquilidad todo estará correcto, pero si te “incomoda” es que hay algo mal que seguirá ahí hasta que cambie tu mentalidad o la moto. En esta afirmación hay dos partes que tienen que comulgar al 100% el hombre y la máquina. Una excepcional muestra de esta afirmación la podemos ver en el cortometraje que podéis ver a continuación.

La situación estoy seguro que la hemos vivido más de uno. Y no os cuento la de veces que se repite cuando te dedicas a hurgar en las entrañas de una moto (clásica o no) Siempre está ahí ese run run que te dice que puede pasar algo. Con el tiempo y cuando vas haciendo kilómetros sobre esa moto aprendes a confiar en ella y ella aprende quién manda en la relación. Hasta que se le cruza una “tos” y te toca volver a empezar la relación.

No, no se me ha ido la pinza (ya se fue hace mucho) pero es que tras ver el cortometraje no puedo verme más reflejado en la situación que presenta. Sin ir más lejos la última de este estilo fue hace unas semanas cuando me pegué media hora intentando arrancar una moto a patadas, empujones y demás artimañas típicas y no pude. Tras un par de cervezas con tranquilidad (y preguntarle al propietario si existía algún truco necesario) la moto en cuestión arrancó a la primera. Así que ya sabes, lo más importante es la paciencia y conocer el terreno que se pisa. Relájate y disfruta que el vídeo es largo y la vida breve.

Vía | Visordown

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