Ya no hay más motos en Nürburgring Nordschleife. Al menos no en los recorridos turísticos, que son los más conocidos y en los que prácticamente entra todo el mundo. Se acabaron los míticos piques entre coche y moto que tantas horas de entretenimiento nos han regalado.
Hay quienes llevan tan arraigado dentro lo de entrar a Nürburgring Nordschleife a rodar en moto que están luchando con todas sus fuerzas para impedir la prohibición. Se basan incluso en la ley para recuperar lo que consideran que es "suyo": montar en moto en el Infierno Verde.
Los moteros alemanes se han enfadado mucho por la prohibición de meter motos a Nürburgring
"Casi de manera silenciosa y despreocupada [...] anunciaron que a partir de esta temporada (2025) las motocicletas ya no estarán permitidas para recorridos turísticos por Nordschleife", arranca la petición que pide devolver a las motos al mítico trazado.
A partir de este 2025 los motoristas quedan excluidos de los famosos Touristenfahrten. En su lugar, solo podrán entrar en cuatro jornadas contadas al año. Literal que son cuatro. El trazado alemán prohibía en febrero, y con efecto inmediato, a las motos entrar a circular en las sesiones abiertas al resto del tráfico.
100 años de historia en los que las motos han entrado a rodar junto a los coches. Ahora, sin embargo, consideran que las motos son más peligrosas. No que tengan la culpa, pero sí que, en caso de accidente, son más vulnerables. Y quieren evitar a toda costa problemas.
"Esta petición tiene como objetivo unir a todos los aficionados al automovilismo y a los motos que quieren luchar por la preservación de los paseos en motocicleta durante los recorridos turísticos en Nürburgring Nordschleife", continúa la petición que ya suma casi 3.000 firmas.
Hasta medios de comunicación alemanes como MOTORRAD se han levantado en contra de esta prohibición. "Aquellos motociclistas que deciden participar en los recorridos turísticos son conscientes de ello y no les importa. El trazado de la pista está perfectamente bien y las condiciones son básicamente conocidas por todos. Desde fuera, parece salvaje. Pero quienes deciden hacerlo, siempre encuentran su lugar", defienden públicamente.
El alegato es profundo. No solo se remontan a "obligaciones históricas", sino que apelan a la "unidad del deporte del motor", al "escrutinio de la protección del medioambiente", a la "tolerancia, respeto y consideración" y a que la pista de Gran Premio "no es una alternativa, ninguna en absoluto".
Los alemanes se han tomado muy en serio lo de la prohibición; a pecho incluso. Tanto que han sacado a relucir las vergüenzas de los fanáticos de los coches, como que "un BMW X5 se sale deliberadamente de la pista varias veces, toma un atajo a través del bosque por diversión, le hace un corte de mangas al público y no ocurre nada. Luego circulan descapotables abiertos con perros en el asiento trasero". Pero prohíben las motos.
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