Una falsa promesa, un boicot y un golpe de suerte. La loca historia de Sanvenero, la marca más rara que ha ganado una carrera de MotoGP
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Una falsa promesa, un boicot y un golpe de suerte. La loca historia de Sanvenero, la marca más rara que ha ganado una carrera de MotoGP

Dicen que una crisis también es una oportunidad y que la basura de un hombre puede ser el tesoro de otro. Y eso es exactamente lo que pasó con Sanvenero, una pequeña marca italiana que a duras penas acababa las carreras y de repente se vio antes la oportunidad de su vida de ganar una carrera de MotoGP.

Todo ocurrió durante el Gran Premio de Francia de 1982, uno de los más raros de la historia del mundial. Una carrera marcada por los boicots, las promesas incumplidas y los giros de guion que terminó con Sanvenero ganando su primera y única prueba de 500 cc poco antes de irse a la quiebra.

Sanvenero, una marca que nunca había puntuado, ganó el GP de Francia del '82

Ni en sus mejores sueños Emilio Sanvenero llegó a pensar nunca que iba a ganar una carrera de 500 cc. Este empresario constructor italiano apasionado de las motos decidió crear su propia marca con una única misión: competir en el mundial de velocidad que tanto le apasionaba. Así que se puso manos a la obra.

Utilizando un diseño que se inspiraba con muy poco disimulo en la Suzuki RG500 que había dominado el mundial en el último lustro, con un motor de dos tiempos y cuatro cilindros en línea casi idéntico al de dicha Suzuki, Sanvenero se lanzó a la aventura de los 500 cc en 1981 con la llamada Sanvenero 500 GP.

Sanvenero también entró en las categorías pequeñas, llegando a tener a un mito español como Ricardo Tormo como su gran estrella en el mundial de 125 cc. El valenciano consiguió alguna victoria aislada, e incluso también ganó el francés Guy Bertin, pero mientras Sanvenero daba la talla en 125 cc, lo de 500 cc era un desastre.

Michel Frutschi Sanvenero 1982

En 1981 Sanvenero ni siquiera logró sumar un mísero punto en la categoría reina, y eso que tenían a un piloto fiable como Carlo Perugini a los mandos. Así que para la siguiente temporada decidieron hacer una apuesta aún mayor: cambiaron la sede a Follonica, donde estaban las instalaciones de la empresa constructora, y correrían con dos motos.

Con Perugini ya retirado, ficharon a Michel Frutschi y subieron a Bertin desde 125 cc. La temporada no comenzó mucho mejor, sin sumar ni un mísero punto. Pero entonces apareció el milagro. Un milagro llamado Gran Premio de Francia de 1982, en el desfasado circuito de Nogaro. Una de las carreras más surrealistas de los 500 cc.

En una época en la que las motos ya comenzaban a ser demasiado rápidas, el circuito de Nogaro se había quedado en el pasado. Tenía muchos baches, las escapatorias eran escasas y los restos de goma de los coches hacían casi imposible la circulación con las motos. Los pilotos ya estuvieron a punto de plantarse en 1981.

Finalmente corrieron, pero con una condición: la pista debía estar preparada para la carrera de 1982. Si no lo estaba, sabotearían la carrera. Los organizadores le prometieron que Nogaro sería un circuito nuevo el año siguiente, pero como te puedes imaginar a estas alturas de la película, mintieron.

Guy Bertin Sanvenero 500cc 1982

Un año después, la pista seguía siendo el mismo desastre pero con todo un año más viejo. Y los pilotos se plantaron. Especialmente beligerante fue Ángel Nieto, que acabó multado por proferir improperios contra los organizadores y la dirección de la carrera. Los Franco Uncini, Freddie Spencer, Kenny Roberts y compañía se negaron a correr.

En total, fueron 18 pilotos los que se negaron a salir a la pista. ¿Todos? No, no todos. Ahí estaban una serie de pilotos modestos y equipos humildes dispuestos a pelearse por las migajas y a llevarse el cuantioso premio por ganar una carrera de 500 cc. Y sí, entre los participantes estaban las dos Sanvenero.

Aún así, correr casi solos no era ninguna garantía para un equipo que a duras penas terminaba las carreras. De hecho, al poco de empezar la moto de Bertin comenzó a echar humo, por lo que se quedó fuera de la carrera. Pero Frutschi iba bien, y de hecho solo tenía por delante a la Fior de Jean Lafond, que había dominado los entrenamientos.

Y llegó el golpe de gracia. Lafond comenzó a tener problemas mecánicos y acabó abandonando. Frutschi heredó la primera posición y ya no la soltó hasta la línea de meta. La mecánica de la Sanvenero aguantó el día que más importaba que lo hiciese y una moto que en toda su historia jamás había sumado ni un mísero punto de repente ganó una carrera de 500 cc.

El resto del año, Sanvenero solo sumó dos puntos más, también de Frutschi, y el equipo de carreras terminó quebrando por un desembolso inasumible. En 1983 ya no hubo ninguna Sanvenero oficial en la parrilla, aunque Pier Paolo Bianchi compró una de 125 cc en propiedad para correr aquel mundial e incluso hizo algunos podios.

Michel Frutschi Francia 500cc 1982

El Gran Premio de Francia se fue de Nogaro tras el boicot y se instaló en un circuito más seguro, el de Le Mans, de cara a 1983. Pero el destino a veces es caprichoso. Y en esa carrera de 1983 Frutschi, ahora en Honda, encontraría la muerte en un fatídico accidente, solo un año después de ganar su primera y única carrera en el mundial gracias al boicot de Nogaro.

Sanvenero, una de las marcas más raras que ha ganado en MotoGP y una de las carreras más peculiares que se recuerdan en el mundial.

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