Hoy me apetece compartir con vosotros una anécdota que me sucedió poco tiempo después de haberme comprado la Yamaha MT01. O sea, hace un par de años. Esa tarde fui a comprar alguna tontería para la moto en una de las clásicas tiendas de accesorios que hay en el Paralelo de Barcelona. Al salir de la tienda me encuentro la MT01 rodeada por un grupo de chavales muy jovencitos que tenían aparcadas al lado sus 50's todas trucadas. Estaban mirando y remirando la moto y les escuchaba los típcios comentarios de la situación: que si tanta cilindrada, que si corre tanto o no, que lo grande que es,...
Al acercarme a la moto, uno de ellos me pregunta: "¿Qué tal va?". Yo le respondí que "parece que va bien, pero la verdad es que la estrené hace dos días y todavía la estoy descubriendo"... En ese momento, otro de los chicos del grupo comenta orgulloso: "Te has comprado una buena moto. Esta moto va muy bien aunque le falta algo de potencia en altas y eso le hace sufrir un poco en las rectas; pero tiene un par brutal y puedes pasar las curvas en marchas largas sin perder mucho tiempo. Lo que has de tener en cuenta es que el peso te hace abrir mucho las trazadas por lo que hay que anticipar las entradas para cerrar bien la puerta y que no te puedan pegar hachazos. Pero la moto es buena y los cronos salen bien"
Podéis imaginar mi cara de alucinado frente al chaval de 14 años describiendo con detalle de periodista especializado como se comportaba mi moto nueva. Anonadado. Pero antes de acertar yo a decir nada, él añadió: "Es que ésta es la moto que habitualmente piloto en la consola porque me gusta las sensaciones que da. La verdad es que se ve bonita en vivo: todavía no había visto ninguna por la calle". Sin comentarios: yo seguía mudo.
Quiero dar las gracias a Torque, del Foro MT, quien me hizo recordar recientemente esta anécdota.