Los "barn finds" son todo un fenómeno en otras partes del mundo. Se refiere al hallazgo de motos (o coches) clásicos o históricos que han estado abandonados o guardados en garajes, graneros o cobertizos durante décadas. Y cuando salen a la luz, multiplican su valor.
Ejemplo: esta rara moto de hoy. La que ha llegado a ser considerada como la primera superbike de todo el mundo. Su precio un día fue casi irrisorio, pero ahora podría costar un cuarto de millón de euros.
Esta moto británica tiene 100 años a sus espaldas
Los "barn finds" son apasionantes. Este término se ha popularizo en los últimos años, y básicamente consiste en encontrar viejas joyas guardadas y sin uso que duplican su valor cuando salen a la luz. De las telarañas y polvo al estrellato. El atractivo de los "barn finds" radica en su estado original, ya que suelen mantener sus componentes originales, lo que aumenta su valor tanto histórico como económico.
Esta Brough Superior SS100 Alpine Grand Sport de 1928, en principio, parece una moto normal. Pero no. El mítico periodista del motor Alan Cathcart definió a esta moto como "la primera superbike del mundo" en uno de sus reportajes.
Bajo esa chapa antigua se esconde un motor V-Twin modificado de 1.134 centímetros cúbicos fabricado por JAP (J.A. Prestwich Industries) que en la época era capaz de ponerse a 160 kilómetros por hora. Recordemos, 1928. Hace 96 años. Un siglo.
George Brough, el fundador de la empresa, se refería a sus motocicletas como las "Rolls-Royce de las motos". Así que ahora en pleno siglo XXI valen un verdadero pastizal hasta el punto de que esta moto espera subastarse por la mítica casa Bonhams por un precio cercano a los 250.000 euros al cambio.
La moto tiene prácticamente 100 años, y evidentemente, ha pasado por varios propietarios a lo largo de su vida. El primero modificó el motor original y cambió los cilindros por otros hasta subirla a los 1.134 cc.
Su último propietario la obtuvo en 1982 por un precio de cerca de 9.000 euros. Aquel hombre rara vez la sacaba del garaje, y la moto permaneció allí hasta que falleció. Años después, la casa de subastas la ha recuperado, y ahora esperan venderla por un cuarto de millón de euros, multiplicando su valor.