Probamos los Seventy Degrees SD-N32, unos guantes muy cómodos y bien protegidos ideados en España

Hasta hace no demasiado los que íbamos en moto teníamos sólo unos pocos guantes para elegir. Deportivos, de invierno, urbanos... Ahora la oferta se ha multiplicado, y debemos estar agradecidos a empresas como la española Seventy Degrees el haberse atrevido a lanzarse al mercado con una oferta interesante y muy variada.

De entre su gama, aún no muy amplia pero sí muy solvente, hemos podido echar el guante (perdón por el chiste fácil) a los Seventy Degrees SD-N32, una protección para las manos de aquellos que busquen un guante de caña corta polivalente, muy bien ventilado y, lo mejor de todo, con un tacto que a la primera de cambio resulta sorprendente.

Seventy Degrees SD-N32, a prueba

Los cartagineses de Seventy Degrees están dispuestos a desafiar la lógica como ellos mismos dicen y han establecido un departamento de I+D+i donde trabajan con materiales de última generación como kevlar, teflón, amara o fibra de carbono para crear accesorios partiendo desde cero, "diseñados por motoristas y para motoristas".

Concebidos bajo la premisa de resultar cómodos, nada más coger los SD-N32 sin ni siquiera ponértelos te das cuenta de que no es el típico guante de moto. El proceso de fabricación utilizado (es secreto, por cierto) permite que la piel anilina y bovina sea extremadamente suave y flexible, el resultado es un guante que aparenta ser más fino de lo que realmente es una vez lo tenemos puesto.

Hemos estado usando los SD-N32 durante este verano y sus capacidades de ventilación son realmente generosas. Las tomas de aire superiores integradas en las protecciones de los nudillos y de la primera falange, junto con los paneles perforados de los dedos y las piezas de rejilla de lycra en el dorso de la mano mantienen nuestras manos ventiladas y frescas, además de favorecer la evaporación del sudor.

A nivel de protecciones están bastante bien conseguidos con piezas rígidas termoformadas de PVC sobre los nudillos, flexibles sobre las falanges y una inserción de refuerzo en la parte exterior de la palma, ese punto con el que aterrizamos cuando nos vamos al suelo. No interfieren con los movimientos, salvo en el refuerzo que lleva el pulgar que puede rozar un poco al doblar el dedo gordo.

El cierre es muy sencillo y se realiza con un velcro de calidad que queda bien sujeto montado sobre una pieza de neopreno, más rígida que el resto del guante pero necesaria para un correcto ajuste sin molestar lo más mínimo.

Además de cómodos, bien ventilados y con una protección correcta también cuentan con un refuerzo de piel con entramado de silicona sobre la palma para maximizar el agarre en la moto incluso con lluvia y la parte exterior de las yemas es compatible con las pantallas táctiles para poder manejar el smartphone o el navegador sin necesidad de quitárnolos.

Los paneles con los que están confeccionados están precurvados para adaptarse a la forma de la mano y a la postura sobre la moto, minimizando en la medida de lo posible los incómodos pliegues que se crean al cerrar el puño, aunque sí es cierto que las costuras se notan un poco, coincidiendo algunas justo con las uñas y enganchándose de vez en cuando.

En algo tan cotidiano como parar a echar gasolina los guantes no serán una preocupación más, ya que podremos operar con ellos de manera bastante digna, pudiendo sacar el dinero de la cartera, pasar la tarjeta o recoger la vuelta sin que se nos caiga todo por el suelo. Se acabó aquello de "gato con guantes no caza".

Su precio de tarifa es de 72,50 euros, una cantidad un tanto alta aunque bastante razonable para unos guantes de calidad que están disponibles en tallas de la S a la XXL en tres combinaciones de colores, las tres con base negra y los contrastes en gris, rojo o amarillo flúor.

Valoración - Seventy Degrees SD-N32

Más información | Seventy Degrees