Desde el comienzo de los tiempos (bueno, igual tanto no) siempre ha existido cierta rivalidad entre las motocicletas y los automóviles. ¿Quién es más rápido en circuito, una MotoGP o un Fórmula 1? es una de las frases más comentadas tras la barra de cualquier bar con cierto olor a gasolina.
Bueno, pues llevándonos eso a un plano más mundano, algunos se preguntan quién frena mejor, si una moto o un coche en carretera. Los compañeros de Speed & Noise han querido responder a esta incógnita de manera práctica enfrentando a un SUV como el Volvo XC60 y una naked deportiva como la Aprilia Tuono V4.
Comprobando quién frena antes: ¿una moto o un coche?
Dejando a un lado las cifras de prestaciones, potencia y peso que darían a la moto italiana como la vencedora fácil en aceleración, a la hora de la frenada los papeles podría parecer que siguen de cara para la Aprilia. Con un peso de 214 kg la Tuono es 12 veces más ligera que el Volvo, cuyo peso sobrepasa los 2.600 kg.
La prueba es sencilla: tomar una referencia de frenado y contar cuántos metros tardan en pararse ambos vehículos desde una velocidad de 72 km/h. El resultado es quizá más sorprendente de lo que cabría esperar, pero completamente razonable.
Mientras que la Aprilia tarda 26 metros en detenerse, el Volvo se para en sólo 19 metros. ¿Por qué? Pues principalmente que pese a la insultante diferencia de peso, el Volvo XC60 cuenta con cuatro puntos de apoyo sobre el suelo que mantienen un contacto perfecto con el asfalto durante todo el tiempo, aprovechando tanto la capacidad de frenado de las cuatro ruedas como las ayudas electrónicas que reducen la distancia de frenado sin comprometer la estabilidad del vehículo.
El conductor del coche sólo tiene que apretar con fuerza un pedal, mientras que sobre una moto las habilidades del piloto son más determinantes, incluso con la presencia del ABS. Aún así, una moto cuenta con mucha menos superficie de contacto sobre el asfalto repartida en dos ruedas, de las que ni siquiera ambas mantienen el contacto en fase de deceleración.
Al aprovechar la mayor potencia de frenada del tren delantero, la rueda trasera tiende a levantarse, perdiendo efectividad y complicando la estabilidad del conjunto. Además el centro de estabilidad se encuentra más alto que en el coche, acrecentando la transferencia de pesos.
El resultado es el que has visto: las distancias pueden alargarse en una moto más de lo que esperas, así que ya sabes que hay que actuar con prevención en todo momento y así evitar que tengas que realizar una frenada de emergencia, porque puede no salir bien.