En China tienen una impresionante capacidad para inventar. Y no solo hablamos de que están poniendo la industria de la moto patas arriba, sino de otras muchas magníficas ideas para circular por carretera. Como por ejemplo, crear un bosque de la nada para conseguir lo imposible.
¿Y qué es lo imposible? Una carretera de 550 kilómetros para cruzar todo un desierto. Una muralla vegetal; una obra de la ingeniería biológica que les permite seguir protegiendo su asfalto durante años, luchando contra algo tan abominable como la naturaleza.
Kilómetros y kilómetros de vegetación en mitad de un desierto; utopía china
Es la conocida como autopista de Tarim, y es la carretera más larga construida en un desierto. Cruza el desierto de Taklamakán, y aunque suene árabe, se encuentra en el noroeste de China. En mitad de un sistema completamente árido, esta infraestructura está flanqueada por un enorme cinturón verde.
La lucha contra la naturaleza ha llevado a los chinos a crear un bosque de más de 500 kilómetros para evitar que la arena se trague la carretera. Y lo han conseguido.
Es una ruta estratégica para los chinos dentro del país, ya que conecta las ciudades de Luntai y Mifeng. En este desierto hay petróleo y gas en demasía; el problema era transportar estos recursos por una carretera constantemente sepultada por arena.
Entonces, en 1989 propusieron construir la carretera. Empezaron en 1993, y solo dos años después, los 550 kilómetros de carretera ya estaban listos, conformados por dos carreteras principales y otra secundaria.
446 están cubiertos de arena. De hecho, es conocido como el 'Mar de la Muerte' porque es uno de los más grandes del planeta con 330.000 kilómetros cuadrados. Y ese era el problema, que quedaba constantemente sepultada.
Así que el Ejecutivo chino tuvo la brillante idea de plantar más de 3.000 hectáreas de vegetación. Una barrera que protegía toda la carretera con matorrales y árboles. ¿Y es grande? Enorme: más de 400 kilómetros y 70 metros de anchura a cada lado de la vía. Adiós arena.
Desde 2003 que aprobaron este proyecto ya han plantado cerca de 2 millones de arbustos y árboles en mitad del desierto. ¿El truco? Cientos de pozos cada uno o dos kilómetros que bombean agua desde una cuífero subterráneo con 36.000 millones de metros cúbicos de agua gracias a un sistema de riego.
Es una zona tan inhóspita que llegan a temperaturas de 50ºC y hasta de -40ºC. Por ello los trabajadores, que viven en estaciones cada 4 kilómetros, residen en parejas y aislados. Solo pueden hacerlo durante dos años.